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Crisis financiera en la Usco

Sep 17, 2024

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Crisis financiera en la Usco. En una rueda de prensa, la administración de la Universidad Surcolombiana se refirió a las denuncias hechas por cinco sindicatos a inicios del mes de septiembre. Aseguró que, con las dificultades financieras, se está haciendo lo posible por cumplir con sus obligaciones.

DIARIO DEL HUILA, ANALISIS

Por: Gustavo Patiño

Crisis financiera en la Usco. La situación financiera de la Universidad Surcolombiana – Usco fue abordada ayer por la rectora Nidia Guzmán en una rueda de prensa ayer. Guzmán destacó los esfuerzos que la institución ha venido realizando para garantizar su sostenibilidad, pese a los desafíos económicos. La rectora subrayó que, aunque la universidad atraviesa momentos complejos, se han tomado medidas rigurosas para asegurar la operación durante el 2024, algo que no ocurre con muchas otras universidades públicas en Colombia.

La rectora, acompañada de otros administrativos, señaló a los medios de comunicación que la Usco, como todas las instituciones de educación superior públicas del país, tiene serias dificultades financieras por la deuda de 18,2 billones de pesos que la nación les adeuda a las Instituciones de Educación Superior – IES por cuenta del cálculo que se hace de las transferencias por parte del Estado, estipulado en la Ley 30 de 1992. Según la funcionaria, actualmente el 62% de los recursos de la Usco son transferidos por la Nación, mientras que el otro 38% son de recursos propios.

No estamos en el mejor momento

“No estamos en el mejor momento, pero afortunadamente, gracias a todos los esfuerzos que hacemos como Universidad Surcolombiana, este plan de austeridad y buen manejo de los recursos ha permitido garantizar el año 2024”. Comparó la situación de la USCO con la Universidad de Antioquia, que enfrenta un déficit de 360.000 millones de pesos, obligándola a vender propiedades y reducir el número de catedráticos. En este contexto, destacó que la USCO ha logrado evitar medidas tan drásticas gracias a una gestión prudente de los recursos.

Sin embargo, la rectora reconoció la preocupación existente en todos los estamentos de la universidad, sobre todo a raíz de declaraciones emitidas por sindicatos que han señalado posibles violaciones a derechos laborales y de asociación. Al respecto, afirmó que “no solo reconocemos y respetamos los sindicatos, sino que además nos hemos sentado con la mayoría de ellos para realizar negociaciones anuales”. La rectora aclaró que tres de las organizaciones sindicales han participado en negociaciones formales.

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Sentencias judiciales

En cuanto a la gestión de los recursos financieros, uno de los mayores retos ha sido el pago de las obligaciones derivadas de sentencias judiciales. La rectora explicó que la universidad ha tenido que destinar más de 1.800 millones de pesos en 2023 y 2024 para cumplir con estas obligaciones, lo que ha generado embargos en algunas cuentas. A pesar de estas dificultades, señaló que “hemos sido muy juiciosos y responsables, y hemos podido responder en gran medida a todos los compromisos que se tienen con contratistas y docentes”.

Otro punto importante fue la crítica a la insuficiencia de los recursos asignados por el Gobierno Nacional. La rectora recordó que la Ley 30 de 1992, que regula la financiación de las universidades públicas, ha quedado desfasada, lo que ha generado una situación de déficit estructural en las 34 universidades públicas del país. “Lo que necesitamos en este momento es la modificación de los artículos 86 y 87 de la Ley 30 del 92. Hace 32 años esa ley era vista como la solución, pero hoy no lo es. El Gobierno Nacional solo asigna recursos para los docentes de planta, lo cual representa más de 30.000 millones de pesos anuales”.

A pesar de este panorama, la rectora destacó que la administración ha logrado avanzar en la obtención de recursos adicionales, tanto del Gobierno Nacional como de entes municipales, lo que ha permitido inversiones en áreas críticas, como la dotación de laboratorios y la infraestructura. “Recibí la rectoría después de una pandemia terrible, y aunque nos enfrentamos a muchas dificultades, hemos logrado importantes avances, como la construcción de un nuevo bloque administrativo en la sede de La Plata”.

‘Hemos sido eficientes’

En términos de transparencia y rendición de cuentas, la rectora enfatizó que la universidad ha manejado sus recursos de manera eficiente, ajustando su presupuesto a las realidades financieras y evitando generar un déficit desmedido. “Nosotros hacemos un presupuesto de acuerdo con los recursos que recibimos. Si hiciéramos un presupuesto ambicioso que supere los recursos, podríamos hablar de un déficit, pero en este momento ajustamos nuestro presupuesto para evitarlo”. La rectora llamó a los sindicatos a dialogar y verificar las gestiones que la universidad ha realizado. “Hemos logrado asegurar el pago de la nómina, el desplazamiento de estudiantes a prácticas académicas, el pago de contratistas y proveedores. Entiendo las preocupaciones, pero les pido que vengan y averigüen aquí, en la universidad, cómo hemos gestionado esta crisis financiera de la mejor manera posible”.

En el encuentro con medios locales y regionales, Eduardo Bautista, vicerrector administrativo, aseguró que la universidad no se encuentra en un déficit financiero, “es necesario afirmar que la Universidad Surcolombiana nunca ha estado en déficit, lo que siempre hemos manifestado desde la administración central es que cuando se programa el presupuesto para la siguiente vigencia lo que existe es un faltante presupuestal o necesidades no cubiertas, que son cubiertas durante el desarrollo de la vigencia, debido a los recursos que llegan, porque como no todos los recursos llegan en su totalidad en enero, sino que en la medida que van pasando los meses se van apropiando recursos”, afirmó.

Bautista también mencionó que gran parte de los recursos propios se generan a través de la venta de servicios, los excedentes de proyectos académicos, y los programas de educación no formal. Sin embargo, este modelo de financiación plantea desafíos considerables, ya que muchos de los ingresos dependen de la capacidad de las facultades para gestionar proyectos o brindar servicios.

El costo de la nómina docente

Eurípides Sanabria, jefe de talento humano de la Universidad Surcolombiana, detalló los costos que la institución debe asumir para sostener su planta docente, subrayando los desafíos financieros asociados a este aspecto. Según Sanabria, «la Universidad actualmente tiene 246 docentes de tiempo completo y 35 docentes medio tiempo. Eso nos vale mensualmente 3.587’085.256 pesos». Este gasto representa una parte importante del presupuesto institucional, siendo una carga considerable para garantizar la calidad académica.

El funcionario también destacó la relevancia de los docentes catedráticos, quienes conforman un grupo numeroso dentro de la estructura académica de la Universidad. «Actualmente tenemos 583 docentes catedráticos vinculados para este semestre, y el valor de esa nómina oscila entre 1.300 y 1.400 millones de pesos mensuales», señaló Sanabria. Este grupo de docentes, contratado por periodos académicos específicos, también incluye beneficios prestacionales según Sanabria. Además, precisó que «tenemos 71 docentes ocasionales y 71 docentes visitantes que le cuestan a la Universidad casi 550 millones de pesos mensuales». Estos docentes, aunque no hacen parte de la planta permanente, juegan un papel crucial en la oferta académica, ya que contribuyen a la flexibilidad y a la adaptación de los programas a las necesidades del entorno académico y social.

Demandas desde 2012

En su intervención Rafael Escobar, jefe de la oficina jurídica de la Universidad Surcolombiana, destacó que la universidad enfrenta un «pasivo litigioso de más de 12 años», relacionado con demandas interpuestas por los docentes catedráticos desde 2012, principalmente en torno al pago de prestaciones por periodos académicos no cubiertos adecuadamente. En este sentido, explicó que muchas de estas demandas inicialmente fueron «demandas de nulidad de restablecimiento de derecho», pero han evolucionado hasta convertirse en «demandas ejecutivas», lo que ha llevado a la universidad a acumular embargos que actualmente rondan los 5.200 millones de pesos.

Escobar señala que la administración actual ha tenido que lidiar con esta situación, que se traduce en una presión constante sobre el flujo de caja. «La rectora ha tratado de apalancar con las dificultades que el presupuesto nos depara año a año de generar una partida para ir pagándose pasivo litigioso», afirmó, haciendo referencia a los esfuerzos para resolver estas obligaciones financieras, que suman, en conjunto con las pretensiones pendientes, más de 6.000 millones de pesos. Para intentar mitigar esta problemática y evitar que nuevos procesos judiciales sigan afectando las finanzas de la universidad, Escobar menciona que en 2023 se emitió el acuerdo 021, cuya finalidad era «zanjar y cerrar la brecha para que ya no se nos sigan presentando este tipo de demandas». Según el jefe jurídico, dicho acuerdo busca alinearse con las decisiones del Tribunal Administrativo, ajustando la universidad a las obligaciones prestacionales reconocidas por el mismo.

‘Hemos agotado el diálogo’

En la rueda de prensa también hizo presencia Ivonne Ramírez, representante de los docentes catedráticos de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios – Aspu, quien desmintió la postura de la administración sobre que los catedráticos estuviesen solicitando que se les igualaran sus derechos laborales a los de los docentes de planta. Subrayó que el gremio ha agotado prácticamente todas las vías de diálogo y negociación con la administración universitaria, sin obtener resultados satisfactorios. «Desde los sindicatos se ha hecho todo lo posible, pero siempre ha habido trabas», señaló, resaltando que las conversaciones, en lugar de ofrecer soluciones, solo han servido para «dilatar y dilatar». En este contexto, mencionó que los sindicatos Aspu y Sinprousco presentaron una tutela el 10 de septiembre de 2024, con la esperanza de que a través de esta acción judicial se restituyan los derechos sindicales que, según ella, no han sido respetados.

Ramírez también se refirió al crecimiento de la Universidad Surcolombiana y cómo esto ha afectado la composición del cuerpo docente. Mientras que otras universidades, como la de Antioquia, han reducido significativamente su número de estudiantes en los últimos años, la Surcolombiana ha experimentado un crecimiento en la matrícula. «Si ha crecido el número de estudiantes, ha crecido el número de ofertas educativas, pues necesita más catedráticos», explicó. Sin embargo, señala que el aumento en el número de catedráticos no ha venido acompañado de una mejora en sus condiciones laborales. Aunque los docentes catedráticos no pretenden tener los mismos derechos que los docentes de planta, exigen una «liquidación proporcional al tiempo laboral» en lugar de un trato desigual frente a la normatividad vigente.

Docentes visitantes

Otra de las preocupaciones de Ramírez se centró en la figura de los docentes visitantes y ocasionales, cuya presencia en la universidad se ha incrementado en los últimos años. Según ella, muchos docentes visitantes y ocasionales llevan varios años contratados de manera continua, a pesar de que su función debería ser temporal. Cuestionó por qué no se ha hecho una convocatoria para suplir las vacantes dejadas por los docentes de planta que se han retirado. En lugar de contratar a nuevos docentes de planta, la universidad ha optado por emplear a docentes ocasionales de medio tiempo y tiempo completo para suplir temporalmente las necesidades. «Solo por lapso de cuatro meses para suplir una necesidad de un profesor de tiempo completo que hace funciones académicas, investigativas y de proyección social», explica, subrayando la precariedad de esta solución.

Ante esta última situación, la rectora señaló a los medios de comunicación que la universidad se ha visto en la necesidad de contratar docentes catedráticos y visitantes para optimizar los recursos, “con el pago de un docente de planta, se pueden pagar dos docentes catedráticos, lo que se traduce en un ahorro y nos permite cumplir con la cobertura. Lo mismo sucede con los contratos cortos, esto, junto con el plan de ahorro en otros rubros, nos permite cumplir misionalmente”, aseguró.

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