Lo que debía ser una fiesta del fútbol colombiano se transformó en una noche de caos y violencia en el estadio Atanasio Girardot, en Medellín.
En lugar de celebrar el atractivo encuentro entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla, los titulares se centraron en los lamentables actos violentos que estallaron entre los aficionados de ambos equipos, dejando más de 20 heridos y llevando a la suspensión del partido.
El encuentro, que formaba parte de un duelo aplazado de la fecha 10 de la Liga BetPlay, transcurría aparentemente sin inconvenientes en el terreno de juego. Nacional, que dominaba con un marcador 2-0, parecía estar encaminado a una victoria tranquila. Sin embargo, lo que sucedía en las gradas pintaba un panorama muy distinto. La tensión entre hinchas comenzó a escalar rápidamente, culminando en una riña masiva que obligó al árbitro Nolberto Ararat Mora a detener el partido.
De acuerdo con versiones de El Heraldo, la chispa que encendió la violencia fue el segundo gol de Nacional. En la zona noroccidental del estadio, seguidores de ambos equipos comenzaron a provocarse mutuamente con gestos y palabras. Hinchas del equipo local se habrían burlado de los seguidores de Junior, lo que desencadenó una respuesta violenta.
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El enfrentamiento se intensificó rápidamente: hubo golpes, agresiones con armas blancas y personas que cayeron desde las tribunas. El caos en las gradas creció cuando barristas de Junior robaron una bandera de Nacional, un acto considerado extremadamente ofensivo en el mundo del barrismo. Este hecho agravó aún más la situación.
A pesar de la presencia de las autoridades, la respuesta policial fue insuficiente para detener la escalada de violencia de manera inmediata. Hubo momentos en los que los enfrentamientos se desarrollaron sin control, lo que contribuyó al alto número de heridos. Varias personas fueron trasladadas a centros médicos cercanos, algunas con lesiones graves producto de los golpes y apuñalamientos.
Ante la falta de garantías para la seguridad de los jugadores y los asistentes, el árbitro decidió suspender el partido, mientras los futbolistas se retiraban a los vestuarios en medio de la incertidumbre.
Ahora, el Comité Disciplinario de la Dimayor deberá decidir el futuro del partido. En caso de que el juego no se reanude, Atlético Nacional podría verse sancionado por no garantizar la seguridad del espectáculo, lo que abriría la puerta a una posible adjudicación de puntos para Junior. Esta resolución se dará a conocer en las próximas horas.
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