El Huila llora la partida del maestro Arlex Amézquita Méndez, un ícono del folclor que dedicó más de cinco décadas a preservar y promover las tradiciones culturales de su tierra. A través de su pasión por la música, la danza y su entrañable personaje «Don Huilo», Arlex dejó una huella imborrable en el corazón del pueblo huilense, consolidándose como un verdadero guardián de la identidad opita.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
El Huila despide con tristeza y gratitud a uno de sus más grandes referentes culturales, el maestro Arlex Amézquita Méndez, quien falleció dejando un legado inquebrantable en la defensa y promoción del folclor opita. Su presencia en la cultura huilense fue tan arraigada como las mismas tradiciones que tanto amaba, y su pasión por preservar el alma de su tierra lo convirtió en un ícono de la danza, la música y las expresiones populares de la región.
Un defensor incansable de nuestras raíces
Desde muy joven, Arlex mostró un profundo amor por las manifestaciones folclóricas del Huila. Formado en las danzas típicas y en el estudio de la música tradicional, supo que su misión en la vida sería mantener vivo el legado cultural que le heredaron sus antepasados. A través de décadas de trabajo, no solo se convirtió en un referente de la cultura huilense, sino que inspiró a nuevas generaciones a valorar y respetar la riqueza de nuestras raíces.
Con su dedicación, Arlex Amézquita contribuyó enormemente a la visibilización de ritmos autóctonos como el sanjuanero, el bambuco y el rajaleña, llevándolos a escenarios locales, nacionales e internacionales. Su nombre quedó indisolublemente unido al Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco, uno de los eventos culturales más importantes del departamento y del país, donde su participación era constante, no solo como folclorista, sino también como mentor de numerosos grupos de danza y música.
Don Huilo: el embajador del folclor
Uno de los legados más entrañables del maestro Amézquita fue su personaje Don Huilo, una representación viva del espíritu picaresco y alegre del hombre huilense. Con Don Huilo, Arlex supo capturar el carácter de su gente, con su sabiduría popular, su agudo sentido del humor y su amor por la tierra. Este personaje se convirtió en un símbolo cultural, llevando las tradiciones del Huila a miles de personas, ya fuera en los escenarios o a través de redes sociales, donde su influencia trascendió fronteras.
A través de Don Huilo, Arlex se convirtió en un puente entre generaciones. No solo rescató costumbres y prácticas folclóricas del pasado, sino que las adaptó a los tiempos modernos, utilizando medios digitales para acercar a los jóvenes a una cultura que muchas veces se ve eclipsada por las influencias extranjeras. Su página de Facebook, con más de 21.000 seguidores, fue un espacio donde la tradición y la modernidad se encontraron, logrando que la juventud reconectara con su identidad huilense.
Puede leer:Rivera despidió a la heroína huilense de la Fuerza Aérea Colombiana
Una vida dedicada al folclor
Durante más de 55 años, Arlex Amézquita fue un verdadero guardián de la tradición huilense. Su compromiso con la enseñanza y la difusión del folclor lo llevó a formar y liderar agrupaciones artísticas que se dedicaron a preservar y transmitir los bailes y las músicas de la región. Miles de jóvenes pasaron por sus talleres y clases, donde aprendieron no solo los movimientos y ritmos, sino también el profundo significado cultural que hay detrás de cada danza y cada melodía.
Con su sombrero, su poncho y su energía inagotable, el maestro Amézquita fue un embajador del Huila en Colombia y el mundo. Su figura se destacó en eventos internacionales, donde representó con orgullo la cultura huilense, llevando el Sanjuanero y el Bambuco a festivales y escenarios donde el folclor colombiano brilló gracias a su talento y dedicación. Su legado es un ejemplo de cómo el arte y la cultura pueden ser herramientas poderosas para la construcción de identidad y comunidad.
Un llamado a la memoria y al respeto por el folclor
A lo largo de su vida, Arlex hizo un llamado constante al respeto por el folclor y a la necesidad de mantener viva la memoria de aquellos artistas que, como él, dedicaron su vida a preservar nuestras tradiciones. Siempre fue enfático en la importancia de recordar a figuras como Jorge Villamil Cordovez y Anselmo Durán Plazas, quienes con su música y creatividad forjaron gran parte de lo que hoy conocemos como el corazón cultural del Huila.
En cada conversación, cada presentación y cada encuentro, Arlex se preocupaba por transmitir este mensaje: el folclor no es solo una muestra de arte, sino una expresión viva de la historia y el espíritu de un pueblo. «El Sanjuanero no es solo un baile, es la esencia del Huila», decía con orgullo.
Su legado en la eternidad
El fallecimiento del maestro Arlex Amézquita Méndez deja un vacío profundo, pero su legado continuará vivo en cada nota de rajaleña, en cada paso de bambuco y en cada acorde de Sanjuanero. Su trabajo no solo enriquece nuestra cultura, sino que deja una huella indeleble en las generaciones presentes y futuras.
La mejor manera de honrar su memoria es seguir difundiendo y preservando el folclor, recordando que, como él enseñaba, la tradición no es algo que se queda en el pasado, sino una fuerza que nos conecta con nuestra esencia y nos proyecta hacia el futuro.
Gracias, maestro, por cada enseñanza, por cada sonrisa y por cada instante en el que nos hiciste sentir orgullosos de ser huilenses. Tu espíritu vivirá para siempre en la música y en los corazones de quienes valoran lo que significa ser parte de esta tierra. ¡Hasta siempre, Arlex Amézquita Méndez!
Le puede interesar: Elegida nueva mesa directiva de la Asamblea Departamental del Huila
