Desde tiempos pretéritos, las universidades públicas han venido presentando dificultades económicas para atender todos los compromisos que exigen el funcionamiento adecuado en sus ejes misionales de la docencia, investigación y proyección social. Los 34 rectores de estas instituciones de educación superior se reunieron con el presidente Petro al mes de su posesión, donde se acordaron de que el gobierno nacional las iba a sanear financieramente e inclusive les iba aumentar las transferencias que por Ley les daba, para que aumentaran la oferta académica. Hubo aplausos y se tomaron las fotos para la historia, que por fin el gobierno del cambio generaba una actitud positiva con estas dependencias oficiales, que clamaban al unísono una mayor atención pata atender sus demandas académicas. Todos los estamentos, universitarios, quedaron optimistas ante tales anuncios presidenciales. Pero han trascurrido 2 años y dos meses y el desespero de las directivas de éstas, se incrementa porque han sido solo promesas y promesas y nada que les giran, los recursos que ya están por Ley asignados.
A todas las universidades que conforman el Sistema Universitario Estatal, les han incumplido y ya el gobierno nacional les debe 18,5 billones de pesos. A la Universidad Surcolombiana le adeudan 10 mil millones de pesos desde que se posesionó el actual primer mandatario de los colombianos. Algunas les adeudan a los profesores más de dos meses de salarios a los profesores y a proveedores. Otras enfrentan millonarias demandas que por falta de recursos no se han podido pagar. Inclusive han tomado la decisión de disminuir la financiación de las prácticas extramuros, proyectos de investigación, viáticos y gastos de viaje para que los profesores puedan participar y presentar los resultados de sus productos ante la comunidad científica y académica en los ámbitos nacional e internacional, la infraestructura locativa se encuentra bastante deteriorada, se tienen atrasadas las decisiones de las Comités de Asignación de Puntajes a los docentes que les permiten aumentar sus puntos salariales por su producción académica y podemos seguir enumerando las dificultades para obtener recursos que conduzcan a financiar las anteriores necesidades para su normal funcionamiento.
Existe en el ambiente académico de estas instituciones públicas, una decepción por el incumplimiento de las promesas presidenciales. Inclusive algunos rectores, han planteado realizar un paro nacional de todas las universidades públicas para exigirle al gobierno nacional, el cumplimiento de los acuerdos que se aprobaron anteriormente. Hay que reconocerle a la profesora Nidia Guzmán Durán, rectora de la Universidad Surcolombiana y a todo su equipo directivo, por la estructuración de una política de austeridad para poder garantizar la terminación del presente semestre que se está cursando. Se destaca haber sorteado con éxito con todos los actores universitarios que promovieron el paro de 9 días de la sede de la Usco en Pitalito, a través de consensos que se obtuvieron.
