Por: Carlos Tobar
Jorge Robledo es un político extraño en esta sociedad de politiqueros de baja estofa. En primer lugar, es una persona alfabeta, que sabe leer y escribir. A diferencia de lo que conocemos como la “clase política” que son analfabetas funcionales: especuladores de la realidad que no conocen, no entienden y, por lo tanto, no pueden transformar.
La gran habilidad de los politiqueros es la deshonestidad. Son profesionales de la corrupción, arte que dominan como el mejor de los profesionales. Esta es la otra gran diferencia de Jorge Robledo, es una persona honesta a toda prueba. No solo porque desde siempre se comprometió a no enriquecerse con la práctica de la política, sino porque su actividad la orientó a ayudar a transformar la situación de atraso del país: el mayor flagelo de nuestra sociedad.
Recorrer las páginas de este nuevo escrito de Robledo es una delicia. Es un repaso sucinto por los últimos cincuenta años de la historia nacional. Con todas sus contradicciones: sus avances relativos, sus frustraciones, las inmensas posibilidades desperdiciadas por unas élites sumisas y sin grandes ambiciones, los sacrificios y aspiraciones de los pocos que a punta de trabajo duro nos tienen en una ‘modernidad’ capitalista relativa y, sobre todo, la inmensa cantidad de colombianos al margen de esa modernidad, en la pobreza más aberrante, cuando no en la miseria.
El compromiso de Robledo en la ingente tarea de transformar a Colombia lo llevó a vincularse a las más importantes luchas de los empresarios, trabajadores, campesinos, clases medias, inculcándoles la importancia de la organización: unidos somos todo, dispersos no valemos nada. Unidad cafetera, organizaciones de usuarios de servicios públicos, apoyo a trabajadores formales en sindicatos y cooperativas, de trabajadores por cuenta propia, etc., terminaron llevándolo al congreso de la república.
Como senador, se destacó por su gran disciplina y el trabajo juicioso y constante para comprender y explicar los grandes temas que preocupan a los colombianos. Durante su ejercicio fue destacado como el mejor senador durante 10 años consecutivos. El ejercicio del control político en temas tan álgidos como la corrupción, los TLC y la desnacionalización de la economía nacional, las implicaciones negativas de las políticas neoliberales de libre comercio, desregulación y privatizaciones, el problema agropecuario, la salud, la educación…, son un referente del presente de la nación.
A mi juicio, lo más valioso de este ejercicio de Jorge Robledo es que no solo va desgranando las causas de la crisis nacional, sino las posibles soluciones: el país debe proponerse una política de unidad nacional para construir un país moderno, como los mejores del mundo que, garanticen la prosperidad para todos los colombianos. Un país donde las empresas y los trabajadores de la ciudad y el campo, con estándares mundiales sean el ecosistema social y económico de esa prosperidad.
La cereza del pastel es la desenmascarada del gobierno Petro. Con su ácida y aguda pluma desnuda el fracaso de un gobierno que nunca debió haber sido.
Léanlo que vale la pena.
Neiva, 07 de octubre de 2024