Ruber Bustos Ramírez
En el Huila, el café es más que una simple cosecha; es el alma de nuestra región. Sin embargo, este cultivo vital enfrenta serias amenazas debido al cambio climático, que ya está alterando nuestras formas de vida y perjudicando los campos. Desde el gremio estamos asumiendo la responsabilidad de implementar proyectos que no solo busquen mitigar este impacto, sino que también promuevan la sostenibilidad ambiental. Como miembro de esta Federación, puedo dar fe del compromiso que tenemos con nuestro entorno y nuestras comunidades.
Uno de nuestros proyectos más destacados es la implementación de herramientas para el manejo del paisaje en microcuencas hidrográficas. Con una inversión de más de 4,067 millones de pesos, esta iniciativa ha beneficiado a 1,600 caficultores y ha permitido la siembra de 328,804 árboles. Estos árboles son cruciales no solo para la reforestación, sino también para la regulación del agua y la protección del suelo. En un país como Colombia, que ya sufre los efectos devastadores del cambio climático, conservar nuestros recursos hídricos es esencial. Sin estas acciones, nuestros cultivos seguirán sufriendo, y con ellos, nuestras comunidades.
Otro proyecto fundamental es la implementación de filtros verdes, que se han convertido en una estrategia clave para el manejo de aguas residuales generadas en el proceso de beneficio del café. Con una inversión de 1,006 millones de pesos, hemos beneficiado a 99 caficultores, quienes ahora tienen la capacidad de reciclar las aguas residuales en sus fincas. Esta práctica no solo mejora la sostenibilidad de nuestras actividades agrícolas, sino que también ayuda a mantener saludables nuestros ecosistemas.
En Garzón, el cuarto municipio productor de café del Huila, la situación es similar. Aunque solo 1,008 caficultores se han beneficiado directamente con el proyecto de Tim Hortons, es importante destacar que estos esfuerzos impactan positivamente a toda la comunidad cafetera. Con 67 módulos de beneficio ecológico y 64 procesadoras de pulpa que utilizan la recirculación de agua, estamos avanzando hacia un modelo de producción más responsable y eficiente. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer.
El cambio climático ya nos está pasando factura de maneras alarmantes. Si no tomamos acciones decisivas, las consecuencias serán irreversibles. Nos encontramos en un punto crítico donde cada pequeña acción cuenta. Por ello, invito a todos los sectores a unirse a esta lucha. Debemos pensar no solo en el presente, sino también en el futuro que queremos dejar a nuestras nuevas generaciones. Imaginen un mundo donde nuestros hijos y nietos no solo hereden el calor de nuestros esfuerzos, sino también un planeta saludable y habitable.
El tiempo se nos agota. Es momento de actuar. La sostenibilidad de nuestro café y de nuestro planeta depende de nosotros.
