Cada vez que acudimos a un establecimiento comercial, escuchamos con mucha preocupación los testimonios de los propietarios de éstos, por la presión sistemática de grupos narcoterroristas que se han multiplicado en este departamento, generando desasosiego y tristeza, porque hemos retrocedido cinco lustros cuando el Huila y el país, vivieron la más grande época tenebrosa que afectó el bienestar de las familias colombianas y la dinámica productiva. Gracias al presidente de la época, Alvaro Uribe Vélez, se logró recuperar la paz y la tranquilidad de todos. Lo anterior, es lo que no le perdonan los sectores de izquierda porque salieron diezmados por la mano implacable de este ilustre expresidente que contrarrestó con eficacia, toda expresión de criminalidad que reinaba durante esa época de ingratos recuerdos. Los empresarios de la región comentan sobre la llegada de personas asegurando pertenecer a alguna organización cuyo nombre inspira temor, y que se instalaron en esta región y desde allí han comenzado a ser el azote del sector, sobre todo a través de la extorsión.
El informe publicado en anteriores ediciones demuestra que este fenómeno de grupos delincuenciales que amenazan a comerciantes y residentes con hacerles daño si no acceden a sus pretensiones es real y viene creciendo. Lo hacen de forma directa, con una llamada telefónica y, cada vez más, valiéndose de las redes sociales por las que envían imágenes de armas para hacer más cruda la intimidación. El hecho es muy preocupante. Se tiene registro de diferentes modalidades. Están desde las más violentas y, por llamarlas de alguna manera, reales, en las que es claro que quienes extorsionan tienen los medios y la intención de hacer daño en caso de no recibir la suma requerida, hasta aquellas que a través de llamadas intentan engañar a las personas haciéndose pasar por familiares que necesitan dinero. Como bien se sabe, muchas de estas llamadas se hacen desde las cárceles, donde no ha sido posible ejercer control. Mención aparte merece la extorsión, práctica también cada vez más extendida en la que los delincuentes acceden a material o información privada y exigen dinero a cambio de no revelarla.
En los municipios huilenses, los vendedores ambulantes no se sustraen del cobro de estas vacunas. Hasta un simple vendedor de dulces, de cuajada o de alimentos, hasta los demás propietarios de negocios, deben contribuir con la famosa causa revolucionaria. Desafortunadamente el progresivo debilitamiento de las Fuerzas Armadas y de la Fuerza Pública, han generado que dichas organizaciones subversivas, estén incrementando su accionar bélico en vastos territorios de la geografía nacional. El desafío ahora es que se concrete sobre el terreno lo anunciado en los diferentes escenarios, donde el gobierno plantea que va a contrarrestar este flagelo. Y ello tendrá lugar en unos territorios bastante complejos como lo son las zonas de influencia de las organizaciones narcoterroristas.