Por: HAROLD SALAMANCA
En Colombia, más de 5 millones de mujeres rurales enfrentan barreras significativas para acceder a los servicios de salud, y estas dificultades son aún más agudas cuando se trata del cáncer de cuello uterino, una enfermedad que es completamente prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Según la Cuenta de Alto Costo, en 2021, el 73% de los casos de cáncer de cuello uterino fueron diagnosticados en etapas avanzadas, lo que disminuye drásticamente las probabilidades de supervivencia. La distancia geográfica, la falta de infraestructura sanitaria, las barreras económicas y culturales, y una escasa educación en salud agravan aún más esta situación en las zonas rurales.
Sin embargo, estamos dando grandes pasos en esta lucha. Desde la fundación SalBo hemos fortalecido nuestra colaboración con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, específicamente con la Dirección de Mujer Rural, liderada por la Dra. Nancy Andrea Moreno Lozano. Estamos trabajando aliados para empoderar a las mujeres rurales y generar conciencia sobre la importancia del auto cuidado y la salud. Este esfuerzo conjunto está alineado con nuestro objetivo de eliminar el cáncer de cuello uterino en las zonas rurales de Colombia. Sabemos que la salud de nuestras mujeres rurales es fundamental para su desarrollo personal y el progreso de sus comunidades.
El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, y según la Organización Mundial de la salud OMS, casi el 90% de las muertes ocurren en países de ingresos bajos y medianos, donde el acceso a servicios de salud es muy limitado. Para romper esta deuda histórica de la sociedad con las mujeres del campo y cerrar esta brecha desde la fundación SalBo, como sociedad civil proponemos y auspiciamos, soluciones costo efectivas como la regulación y implementación de la prueba de auto-toma del VPH, que permite a las mujeres recolectar su muestra en casa sin necesidad de desplazarse a un centro de salud. Este enfoque ha sido exitoso en países como México y Argentina, donde ha aumentado significativamente la participación de las mujeres rurales en los programas de tamizaje.
Para lograr este objetivo requerimos el compromiso de todos. La inclusión efectiva de las mujeres rurales en los programas de tamizaje debe ser un esfuerzo conjunto de todos los sectores. Seguimos sumando esfuerzos con entidades que, como nosotros, están comprometidas con un país más saludable y sostenible. haroldsalamanca@fundaciónsalbo.org