Dentro de algunas de las centenas de conferencias que se desarrollaron en el marco de la reciente cumbre de la COP16, se destacó que Colombia había establecido políticas públicas, para sustituir los vehículos operados con combustibles fósiles por automotores híbridos y eléctricos. Esta decisión la han venido desarrollando las grandes potencias económicas, con el fin de disminuir el impacto ambiental negativo sobre la salud de las familias de este planeta. Apenas salió del país, el último asistente a este magno evento, el gobierno nacional anunció que tiene listo el Decreto Ley, que establece que se impondrán aranceles a la importación de vehículos híbridos. Totalmente contradictorio, con lo expresado por el primer mandatario de los colombianos, en los escenarios nacionales e internacionales donde participa. Desafortunadamente el desespero fiscal para fortalecer los ingresos tributarios del país, que se encuentran de capa caída, el equipo económico, plantea subir impuestos a todas las actividades productivas, sin interesarle el bienestar y el bolsillo de los colombianos. Mientras el gasto público creció el 22% durante el primer semestre, los ingresos solo lo hicieron el 4%.
Los diferentes medios de comunicación y redes sociales han difundido la noticia que el Ministerio de Comercio tendría listo un decreto con el que eliminaría el beneficio arancelario que tienen los carros híbridos en Colombia. Actualmente estos carros pagan un 5% de arancel, pero con esta decisión absurda, empezarían a pagar el 35%, lo que incrementaría los costos en el mercado. Tal incoherencia, desestimula la compra de estos automotores. Esta decisión golpearía fuertemente a los concesionarios de automotores en el país, por lo que Aconauto, la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores elevaron una nueva alerta. A través de un comunicado aseguraron que el Gobierno buscaría modificar varios artículos del Decreto Único Reglamentario del Sector Transporte y con ello denuncian una persecución institucional promovida desde el Ejecutivo. Esto no es nuevo, Los ataques permanentes que recibe el sector privado del gobierno nacional, tiene deprimida la economía colombiana, así no lo quieran aceptar los áulicos que respaldan el ejecutivo. El sector empresarial, es el responsable del 80% del pago de impuestos tributarios al Estado y el 85% de la generación de empleo
La reducción de los recaudos por la Dian, así lo reflejan. La voracidad y la irracionalidad para mantener equilibradas las finanzas públicas nacionales, son cosas del pasado. Quieren romper como sea, la regla fiscal. Cuando termine el periodo constitucional del actual gobierno, el país, va a quedar destruido económicamente. Algunos sectores de la opinión han expresado que entregarán a Colombia, más acabado que el Parque Nacional de Bogotá, cuando salieron los indígenas Emberas hace dos meses. El próximo presidente le va a tocar estructurar políticas públicas de alta reingeniería, para recuperar este país, lo cual va a durar varios años.