Los estadounidenses hoy tendrán la oportunidad de elegir al presidente de los Estados Unidos, entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, que hoy buscarán consolidar las estructuras organizativas para convocar a un constituyente primario, que se encuentra a la expectativa de seleccionar a la persona que tendrá la responsabilidad de regir los destinos del país más poderoso del planeta. Esta campaña electoral ha sido impregnada de publicidad política engañosa, la cual ha estado caracterizada por ataques personales que han buscado permear la mente de sus electores para buscar su respaldo popular. La polarización de esta jornada electoral ha estado marcada por toda clase de estrategias publicitarias en los medios de comunicación y en las redes sociales. La masiva penetración de mensajes alusivos a las mismas, están impregnados de ataques y diatribas que buscan el respaldo de la ciudadanía en favor o en contra del pensamiento y lineamientos que defienden sus voceros. Es tal la confrontación ideológica, que han creado entre sus seguidores una actitud arrogante. Ha sido una de las campañas presidenciales en las que menos argumentos y propuestas se han escuchado y en la cual las acusaciones de guerra sucia, infiltraciones y hackers han predominado en la opinión pública. Los candidatos a ocupar la Casa Blanca están cabeza a cabeza por la carrera hacia la presidencia del país más poderoso del planeta. El nuevo presidente de los Estados Unidos deberá buscar la salida a los complejos problemas estructurales que aquejan a la población a nivel interno y en el campo internacional. El pueblo norteamericano elige hoy a los 538 compromisarios del Colegio Electoral, órgano encargado de votar al presidente, y dado lo reñido de la campaña, que de acuerdo con los sondeos de opinión existe un empate técnico; se presenta un escenario nunca antes visto en la historia política de país del Tío Sam. Nunca se había visto durante la vida republicana de este país, una guerra agresiva de sondeos de opinión que buscar tergiversar a la opinión nacional sobre las preferencias presidenciales. Estados Unidos es un país que se encuentra dividido en las intenciones del voto, con un electorado polarizado, por lo que es muy difícil que haya una victoria decisiva de los dos bandos, con amplia mayoría. Los latinos residentes en este país tienen un potencial de inclinar la balanza a favor de Donald Trump o Kamala Harris en estas justas electorales. Además, muchos estadounidenses ya emitieron su voto por correo de forma anticipada. Se estiman que de un total de 61’984.488 votantes ya eligieron al próximo presidente a través del voto anticipado por correo. De esta cantidad de votos, el 41 por ciento corresponde a afiliados al Partido Demócrata, el 40 por ciento al Partido Republicano y el restante 19 por ciento representa a los independientes.