La influenza tipo B o gripe B es especialmente perjudicial entre jóvenes y niños, pues tiene mayor prevalencia entre esta franja de edad más vulnerable.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Hay tres tipos de virus de influenza que causan enfermedades en seres humanos: A, B y C. Los virus de influenza humana de tipo A y B causan las epidemias estacionales, es decir lo que se conoce en el país como ‘picos respiratorios’. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año la influenza estacional afecta a alrededor de 10,5 % de la población mundial y produce entre 250.000 y 500.000 muertes.
El riesgo de contagio en espacios de convivencia
La influenza suele propagarse fácilmente en lugares donde muchas personas conviven estrechamente, como escuelas, centros de trabajo o instalaciones militares. «Las personas que conviven y duermen en un mismo sitio tienen más riesgo de contagio, como en los cuarteles militares, donde hay camarotes y gran cantidad de personas en contacto constante», explica el médico infectólogo Luis Guillermo Uribe, de la Fundación Cardiovascular de Colombia. Este tipo de entornos facilita la propagación rápida del virus, poniendo en riesgo a todos los que allí residen.
Reconociendo los síntomas y signos de alerta
De acuerdo con el especialista, los síntomas de la influenza son similares a los de cualquier infección respiratoria alta, como fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta y congestión nasal. Sin embargo, lo que distingue a esta enfermedad son los síntomas sistémicos, es decir, aquellos que afectan a todo el cuerpo, como fiebre elevada, dolor de cabeza, dolores musculares y una marcada sensación de debilidad. “Cuando estos síntomas progresan a dificultad para respirar, frecuencia cardíaca elevada y fatiga persistente, se convierten en signos de alarma de que la influenza podría estar complicándose”, añade Uribe. Es fundamental estar atentos a estos indicios, ya que pueden ser precursores de problemas respiratorios más serios.
La importancia de la vacunación en la prevención de casos severos
El especialista recalca que, aunque no es posible predecir quién desarrollará una influenza severa, la vacunación es una herramienta esencial para reducir las probabilidades de complicaciones graves. «La vacuna ayuda a prevenir los síntomas severos de la influenza, permitiendo que quienes contraigan el virus experimenten una forma menos agresiva de la enfermedad», asegura Uribe. La vacuna no previene la infección en su totalidad, pero disminuye considerablemente el riesgo de hospitalización o muerte.
La vacuna contra la influenza es actualizada anualmente para responder a las cepas más recientes y circulantes del virus, incluyendo cuatro variantes: H1N1 y otras tres cepas adicionales que el fabricante selecciona en función de los patrones de mutación del virus cada año. Esto significa que las personas en alto riesgo, como aquellos con sistemas inmunológicos debilitados, deben vacunarse cada año para asegurar una protección óptima contra las cepas más actuales.
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¿Quiénes deben vacunarse contra la influenza?
Según el infectólogo, aunque cualquier persona puede vacunarse contra la influenza, esta vacuna está particularmente dirigida a individuos de alto riesgo. Esto incluye a los adultos mayores de 60 años, personas con enfermedades crónicas (asma, enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedades renales o hepáticas), embarazadas y trabajadores de la salud, quienes están en contacto frecuente con pacientes. Además, Uribe destaca la vulnerabilidad de las personas con obesidad, debido a que suelen presentar una inflamación crónica que podría intensificar la respuesta inflamatoria al virus, aumentando el riesgo de complicaciones pulmonares y fallas respiratorias. «La obesidad no es un lujo, sino una enfermedad que conlleva riesgos específicos en casos de infecciones respiratorias como la influenza», enfatiza el experto.
¿Cómo se transmite la influenza?
El virus de la influenza se transmite principalmente a través de gotículas que expulsan las personas infectadas al toser, estornudar o hablar. Estas pequeñas gotas pueden flotar en el aire y ser inhaladas por quienes están cerca, lo que facilita la transmisión rápida en espacios cerrados. «La transmisión es principalmente por vía inhalatoria, es decir, por exposición a partículas en el aire, más que por contacto directo», explica Uribe. No obstante, también es posible contagiarse al tocar superficies u objetos contaminados con el virus y luego llevarse las manos a la boca, nariz o ojos.
Consejos para prevenir el contagio de la influenza
Para evitar el contagio, Uribe recomienda una serie de medidas prácticas. “Si una persona presenta síntomas de gripe, lo ideal es que use tapabocas para evitar que el virus se propague en el ambiente”, indica. Además, el lavado frecuente de manos es crucial, ya que evita que los virus que puedan estar en las superficies se transfieran a nuestro cuerpo al tocar nuestra cara.
Ventilar los espacios cerrados también es fundamental para asegurar que el aire circule y disperse cualquier carga viral en el ambiente. “En casos de síntomas graves, es importante que la persona afectada esté en algún tipo de aislamiento para prevenir contagios y posibles brotes”, sugiere Uribe, haciendo hincapié en la responsabilidad individual y colectiva para limitar la propagación de la enfermedad.
Periodo de contagio y precauciones adicionales
Según los CDC, las personas infectadas con influenza son más contagiosas en los primeros 3 a 4 días después de la aparición de los síntomas. Sin embargo, algunos adultos sanos pueden transmitir el virus desde un día antes de mostrar síntomas y hasta siete días después. Esto implica que muchas personas pueden ser portadoras y transmisoras del virus sin siquiera saberlo, subrayando la importancia de las medidas preventivas.
La influenza es una enfermedad seria que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su estado de salud previo. Aunque no es posible determinar quién sufrirá complicaciones graves, la vacunación y las precauciones recomendadas pueden marcar una diferencia importante en la protección contra esta enfermedad.
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