El departamento de Huila ha logrado consolidarse como el epicentro de una revolución en la caficultura colombiana, destacándose por su enfoque en la calidad y la sostenibilidad.
DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES
Con más de 148.000 hectáreas sembradas, 102.000 fincas y 86.000 productores de café, Huila no solo lidera la producción nacional, sino que también se ha convertido en un ejemplo de adaptación ante las demandas de un mercado globalizado y cada vez más competitivo. Este departamento, reconocido por la excelencia de sus granos, ha asumido un rol protagónico en la transformación de la industria cafetera colombiana, enfrentando con éxito los desafíos de la coyuntura actual y la llegada de nuevos competidores en el mercado mundial, como Vietnam.
Uno de los casos que ejemplifica esta transformación es el de la finca de Ana Gloria Ramírez, ubicada en Bruselas, Pitalito, la zona de mayor producción cafetera en Colombia. En su finca, ‘Café Gloriellas’, Ramírez ha combinado experiencia, innovación y sostenibilidad para cultivar cafés especiales que han captado la atención de consumidores en el mercado internacional. Con más de 25 años dedicados a la producción de cafés de alta calidad, Ramírez no solo ha logrado posicionarse como una líder en el sector, sino que también ha abierto puertas a mercados como la República Checa y está trabajando en un proyecto con un fuerte componente ambiental para Japón, adaptando su producción a los exigentes estándares de sostenibilidad que atraen a consumidores dispuestos a pagar un mayor precio por productos con menor impacto ambiental.
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La historia de Ana Gloria es un testimonio de la transformación en el sector, marcada por el conocimiento técnico y la formación continua. Gracias a la carrera de Café, un programa implementado por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) en colaboración con el Sena, Ramírez ha adquirido habilidades en catación, barismo y análisis de calidad, conocimientos que han sido fundamentales para producir un café diferenciado y de alto valor en el mercado. Este énfasis en la educación y la capacitación ha permitido que productoras como Ana puedan competir en el exigente mundo de los cafés especiales (o Craft, como se le denomina en el mercado internacional), destacándose no solo por la calidad intrínseca de sus granos, sino también por su compromiso con la sostenibilidad.
El Huila y su ventaja natural: aprovechamiento de la ladera andina
Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros y oriundo de Huila, enfatiza que el éxito del departamento no es producto del azar, sino del aprovechamiento inteligente de su ubicación geográfica en el Macizo Colombiano, en medio de las cordilleras Central y Oriental. “Lo que estamos haciendo es aprovechar las potencialidades que ofrece un país biodiverso como Colombia. El Huila está en el Macizo Colombiano, rodeado de ladera andina a ambos lados, lo cual crea condiciones ideales para el cultivo del café”, afirma Bahamón. Según el directivo, esta ventaja natural ha sido clave para el desarrollo caficultor en Huila, un fenómeno que también se está replicando en otras regiones como Nariño y Tolima, y en nuevas áreas productoras como Caquetá, Putumayo, e incluso en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Este fenómeno de diversificación geográfica en la producción ha permitido que Colombia se transforme en un país cafetero con una mayor variedad de perfiles y sabores. La caficultura ya no está concentrada únicamente en el tradicional Eje Cafetero y Antioquia, sino que ahora abarca regiones con distintas condiciones climáticas y geográficas, lo que enriquece la oferta de cafés con atributos únicos. Bahamón compara esta variedad con el concepto de ‘terroir’ en el vino, donde cada región ofrece características distintivas. “Hemos perdido la oportunidad de vender los atributos específicos de cada café, que tiene un distintivo particular de acuerdo con el terreno en el que se cultiva. Cada ‘terroir’ en Colombia tiene algo especial para ofrecer”, sostiene Bahamón, quien aboga por la creación de una narrativa que resalte las características únicas de cada café colombiano.
Huila como motor de crecimiento para la caficultura colombiana
Las cifras recientes de producción y exportación reflejan el impacto positivo de la transformación cafetera en Huila y el país en general. En octubre, la producción cafetera nacional registró 1,34 millones de sacos, lo que representa un crecimiento del 16% en comparación con el mismo mes del año anterior. En los últimos 12 meses, la producción alcanzó los 12,9 millones de sacos de 60 kg, consolidándose como la mejor producción en los últimos tres años. Este auge en la producción también ha impulsado las exportaciones, que crecieron un 17% en el año móvil, alcanzando la significativa cifra de 12 millones de sacos.
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Según Bahamón, esta sólida producción y el fortalecimiento de las exportaciones son el reflejo de una caficultura que ha sabido adaptarse y evolucionar frente a los desafíos del mercado global. “La cosecha principal de este año está llegando a su fin, y exportaremos este café tan apreciado a los países que mejor valoran nuestro producto”, destaca Bahamón. Este crecimiento no solo posiciona a Colombia como un proveedor confiable en la industria del café, sino que también realza su valor en los mercados internacionales, donde se valora cada vez más su enfoque en calidad y sostenibilidad.
Impacto social y económico
Otro aspecto fundamental en la transformación cafetera de Huila es el papel que las mujeres han asumido en el sector. De los 86.000 productores en el departamento, más de 27.000 son mujeres, quienes han contribuido activamente a la innovación y la diversificación de la producción cafetera. Ana Gloria Ramírez, además de ser una productora destacada, es miembro del Comité Municipal de Cafeteros de Pitalito y ha compartido sus conocimientos y experiencias con otros productores, promoviendo el crecimiento y desarrollo del sector desde una perspectiva de género.
