La lepra, también conocida como la enfermedad de Hansen, sigue siendo un tema relevante en el departamento del Huila. Durante el año 2024, las estadísticas han mostrado una tendencia positiva en relación con la reducción de los casos. Hasta octubre, se han registrado 13 nuevos casos de lepra en cinco municipios del departamento, lo que corresponde a una tasa de 0,86 casos por cada 100.000 habitantes, considerablemente por debajo de la media nacional de 0,18.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
POR: ALEJANDRO POLANCO
A pesar de esta disminución en la tasa de incidencia en comparación con años previos, la enfermedad sigue siendo un reto para las autoridades sanitarias, especialmente en el municipio de Neiva, el cual es el más afectado en términos absolutos. Aunque la tasa de incidencia en Neiva ha sido elevada, se ha logrado reducir en los últimos años.
Desde 2005 hasta 2020, la prevalencia de lepra en el Huila se mantuvo estable. Sin embargo, desde 2021 ha mostrado una disminución significativa, con una reducción del 51% entre 2022 y 2023. Este avance resalta la efectividad de las acciones tomadas por la secretaría de salud del departamento, que han favorecido una mejor detección temprana y un tratamiento más oportuno de los casos. A pesar de estos logros, los efectos sociales y los retos en el control de la enfermedad siguen siendo motivo de preocupación. La lepra continúa siendo estigmatizada debido a sus manifestaciones físicas y, aunque es curable, persisten barreras sociales que dificultan la integración de los pacientes y su acceso al tratamiento.
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Enfermedad con un contexto histórico de estigma social
La lepra es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium leprae, que afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, las mucosas de las vías respiratorias y los ojos. Esta patología evoluciona de manera lenta y, en muchos casos, puede tardar varios años en manifestar sus síntomas. Aunque es tratable con el manejo adecuado, la lepra ha estado históricamente acompañada de estigmas y prejuicios sociales. Las personas afectadas por la enfermedad eran vistas como «malditas» y eran excluidas en leproserías, frecuentemente abandonadas por sus comunidades. A pesar de los avances médicos y sociales, el estigma persiste en algunas regiones del mundo, lo que dificulta la detección temprana y el tratamiento adecuado de los afectados.
El tiempo de incubación de la lepra es largo, con un promedio de cinco años, pero los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer. Si no se trata de manera oportuna, la lepra puede causar deformidades permanentes y dolor crónico, además de comprometer gravemente el sistema inmunológico. No obstante, con el tratamiento adecuado, que consiste en una combinación de antibióticos, la enfermedad es completamente curable.
En cuanto a la situación actual de la lepra en el Huila, el secretario de salud del departamento, Sergio Mauricio Zúñiga, resaltó el esfuerzo de su entidad para controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Según Zúñiga, «la enfermedad de Hansen o lepra se transmite de persona a persona si la que está infectada no recibe tratamiento a tiempo. Es una patología que puede generar discapacidad si no se atiende adecuadamente, por ello desde nuestra dependencia estamos trabajando arduamente para su detección temprana y reducir el número de casos hasta erradicarla».
El secretario subrayó la importancia de las iniciativas de sensibilización y educación que se están implementando en la región para evitar la propagación de la lepra y combatir el estigma social asociado con la enfermedad. «Estas actividades buscan sensibilizar y fortalecer la participación de la comunidad, de líderes comunitarios, hogares de paso para habitantes de calle y de la asociación de pacientes de Hansen, como actores clave en la intervención y control de estas enfermedades», comentó. El trabajo conjunto con las asociaciones de pacientes, como Asopehansen, es esencial para ofrecer apoyo emocional y social a los afectados y mejorar su acceso al tratamiento.
La lepra en cifras: avances y desafíos
Hasta el 31 de octubre de 2024, el Huila ha reportado un total de 13 nuevos casos de lepra. De estos, 10 se han registrado en Neiva, el municipio con la mayor concentración de casos. Sin embargo, los municipios de Rivera y Palermo presentan las tasas de incidencia más altas, con 7,71 y 7,21 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. A pesar de la elevada tasa de casos en estos municipios, cada uno solo ha reportado un caso durante 2024, lo que refleja una alta concentración en pocos casos, pero con un impacto significativo en términos relativos.
A nivel global, la lepra sigue siendo una enfermedad que afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables. En el Huila, el 76,9% de los casos no presentan discapacidad, lo que es un indicio positivo del éxito de las políticas de detección temprana. Sin embargo, un 14,4% de los pacientes presenta alteraciones en la sensibilidad, como la sensibilidad corneana reducida o anestesia en las manos y pies. Un 7,7% de los casos ha desarrollado discapacidades graves, lo que subraya la necesidad de continuar con el monitoreo constante de los pacientes y garantizar que reciban el tratamiento adecuado a tiempo.
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Una de las principales dificultades que enfrentan las autoridades sanitarias en el Huila es el mito social que rodea a las personas afectadas por la lepra. A pesar de que la enfermedad es curable y tratable, muchas personas evitan buscar atención médica por temor al rechazo social. Esta realidad refuerza la necesidad de aumentar la sensibilización en la comunidad y fomentar la participación activa de la sociedad en la lucha contra la lepra.
El secretario también destacó que, «se cree que la transmisión es por vías respiratorias, pero intervienen otros factores relacionados con las condiciones de vida de las personas», explicó. Además, las condiciones sociales y económicas de los afectados, en su mayoría de escasos recursos, pueden influir en su capacidad para acceder al tratamiento adecuado.
La detección temprana sigue siendo la piedra angular en el tratamiento de la lepra, especialmente en un contexto como el del Huila, donde algunos casos se identifican en etapas avanzadas. En este sentido, se enfatiza la necesidad de realizar un seguimiento constante a las personas diagnosticadas para evitar complicaciones graves, como la pérdida de la sensibilidad en las extremidades o deformidades permanentes. El tratamiento adecuado y la supervisión médica prolongada, que puede extenderse entre cinco y siete años, son cruciales para garantizar la curación y prevenir el contagio.
Aunque la tasa de incidencia de lepra en el Huila ha mostrado una disminución significativa en los últimos años, la enfermedad sigue siendo un problema de salud pública y aún quedan retos importantes en términos de sensibilización, detección temprana y eliminación del estigma social asociado con la enfermedad.