ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Los relevantes hechos que están sucediendo recientemente en Colombia indican sin lugar a duda que ha comenzado la campaña electoral de congreso y presidencial del año 2026.
El partido de gobierno identificado como Pacto Histórico en el cual confluyeron diversos partidos y movimientos, siendo el eje central Colombia Humana, inspirado por el candidato y hoy presidente Gustavo Petro; ha iniciado el respectivo proceso de aglutinación que le permitiría organizar una sola lista para el Senado, no se sabe si abierta y con voto preferente, o cerrada; en el claro objetivo de aspirar a mantener la fuerza legislativa alcanzada en el 2022 con cerca de 52 curules tanto en senado como en cámara, cifra que ha representado aproximadamente el 20% del congreso.
Por otra parte, los llamados partidos de derecha están iniciando cada uno sus procesos internos para buscar mantener o mejorar la representación política vigente que se aproxima al 45% en Senado y 52% en Cámara.
Los espacios restantes de representación alcanzan cerca del 30% dentro del cual el mayor aporte lo ha logrado la Alianza Verde, hoy muy fracturada por sus discrepancias internas frente al apoyo al gobierno Petro; por la corrupción de la que han sido sindicados en cabeza del expresidente del Senado y por la evidente aspiración presidencial de Claudia López.
El otro elemento que incide en gran medida en éste panorama electoral lo constituye sin duda alguna el proyecto de reforma política que avanza en el congreso con aparente apoyo mayoritario, en el cual la llamada transhumancia ha generado gran solidaridad entre los congresistas, pues ello significa permitirles cambiarse de partido hasta antes de 5 meses de la elección; ahora es de un año; en el conocido estilo clientelista de privilegiar los intereses personales a los de su propio partido y desde luego a los de los colombianos.
Ahora bien. De aprobarse tal reforma es evidente que entraría en vigencia inmediata, es decir, que sería aplicable para marzo del 26 si es que obtiene la validación constitucional de la Corte. En todo caso hoy es claro que las movidas al interior de los partidos y movimientos giran en torno a esta expectativa. Muchos analistas consideran que dicha reforma beneficiaría principalmente al presidente Petro, pues busca con ella jugar a dos bandas. Una, consolidar un partido del cual sería su jefe indiscutible; y dos, incidir en la elección presidencial pasando su candidato a la segunda vuelta.
En estas circunstancias, tanto una como otra elección tendrían una especie de sinergia en razón a la suerte que nos jugamos con nuestra frágil democracia. La transhumancia significaría un fuerte golpe a la instiucionalidad del sistema político vigente porque aunque está enfermo y agonizante, ello significaría su extinción como articulador del sistema democrático, dado que cada congresista actuaría en función de sus propios intereses y el congreso funcionaría como una plaza de mercado anarquista, sin sentido de responsabilidad política y al mejor postor del presidente de turno.
Con el rotundo triunfo del partido Republicano liderado por Trump, se hace imperativo para los partidos de derecha y centro derecha que sus líderes se despojen de vanidades personales y de intereses egoístas, para que en una consulta interna en las elecciones de marzo, la ciudadanía pueda escoger al mejor vocero que represente sus valores, principios y aspiraciones de mejorar el país y a nuestra sociedad.
En tal escenario el CD y el uribismo ya han abierto la competencia interna con 5 excelentes precandidatos que ojalá disputen sus aspiraciones con lealtad y respeto, donde el mejor mecanismo, en mi modesta opinión, sería una CONSULTA INTERNA ABIERTA, en la cual estarían convocados los militantes, uribistas no militantes y ciudadanos sin partido, donde los resultados se ponderarían en un 70% para los primeros y un 30% para los segundos, en el propósito de que quien resultare favorecido con la nominación, entre a competir con sobrada fuerza en la Consulta interpartidista de marzo/26, simultánea con la elección de congreso.
La absolución de Santiago hermano del expresidente Uribe; el avance en la defensa del expresidente Uribe en su juicio; el acelerado desgaste del gobierno Petro; la ausencia evidente de liderazgo presidencial en el conservatismo y en el partido de la U no santista; así como la convocatoria que han hecho de manera reiterada el expresidente Gaviria y Vargas Lleras, en el sentido de acordar una gran coalición que defienda los verdaderos intereses nacionales, donde valores fundantes de nuestra frágil democracia que se sustentan en la libertad, la seguridad, la justicia, la libre empresa y el eficaz funcionamiento del Estado donde se combata radicalmente la corrupción; son sin duda alguna elementos que deberían concitar el Gran Acuerdo para corregir el equivocado rumbo inspirado y ejecutado por el Pacto Histórico del presidente Petro.
COLETILLA.- Lamentable la declaratoria de pérdida de la curul del concejal Felipe Trujillo, aunque su inhabilidad legal era evidente. Esto demuestra que las decisiones políticas deben ser serias, objetivas y desprendidas de intereses personales.
