Transcurrida una semana después de la posesión del primer mandatario de los colombianos, el columnista de esta casa editorial, Economista y Magister Luis Alfonso Albarracín Palomino, publicó algunas reflexiones sobre el futuro de las finanzas públicas nacionales, porque las iniciativas gubernamentales de modificar la estructura tributaria del país y el aumento mensual sucesivo de los precios de la gasolina, que terminó con un incremento de $7.100 el galón, se convertían en los dos errores históricos que cometía el gobierno nacional, por los impactos negativos que iban a tener sobre los ingresos de las familias colombianas y que se traducían en una reducción de las ventas del sector de comercio y servicios y por ende en la producción manufacturera, iba a desencadenar una disminución de sus utilidades. Resultado estas nefastas decisiones gubernamentales por parte del equipo económico del alto gobierno, se preveía la disminución de los pagos de impuestos futuros a la Dian como se está presentando actualmente. Así, los áulicos del gobierno nacional empezaron a respaldar dichas medidas alcabaleras. Sobre al analista económico y docente universitario autor de dichas columnas de opinión, le llovieron rayos y centellas por sus afirmaciones.
Pero el tiempo le dio la razón. Transcurridos dos años, dos meses y 15 días de la presente administración nacional, los indicadores económicos reflejan la profunda crisis en se encuentran las finanzas nacionales. En los próximos 15 días el Ministerio de Hacienda deberá decretar una reducción de los ingresos tributarios del fisco nacional, que se espera sea superior a los 40 billones de pesos para la presente vigencia, producto del deficiente recaudo por parte de la Dian. Las cifras no mienten. Los resultados de las investigaciones de algunos centros de pensamiento de las universidades del país, que junto con los informes estadísticos proferidos por los gremios económicos y por el mismo Dane, así lo reflejan.
Lo anterior, se está reflejando en las permanentes protestas sociales que se están presentando en algunas regiones del país, por el permanente incumplimiento de las demandas de las organizaciones sociales y comunales que llevaron al presidente de la república a ganar las elecciones, porque la incapacidad financiera que posee el ejecutivo para garantizarles el cumplimiento de éstas, que aunado a la disminución sistemática de las transferencias a los entes territoriales del país, lo están colocando en serios aprietos económicos para cumplir con los proyectos de inversión contemplados en el Plan de Desarrollo “Colombia Potencia de la Vida”. Y como si fuera poco, el aumento de la criminalidad en Colombia tiene sumido al aparato productivo por las crecientes amenazas extorsivas, que están generando la salida de empresarios del país y al cierre de negocios, que son los principales sujetos que contribuyen a dinamizar la economía colombiana y por ende, al pago de impuestos. Las cifras así lo reflejan.