El crecimiento exponencial que está teniendo la pandemia de la Covid-19, en algunas regiones del país, está colocando en serios aprietos al Sistema Nacional de Salud, por el desbordamiento de casos confirmados, provocados por el comportamiento irracional de algunos sectores de la población. La indisciplina social se ha convertido en el común denominador en estas ciudades, donde algunos sectores, no acatan las recomendaciones que diariamente emiten el personal sanitario del país. Es triste ver como muchas personas birlan los mínimos protocolos de bioseguridad que deben mantenerse. No les interesa las medidas severas que las autoridades establecen para contrarrestar la expansión de este virus mortal.
Parece que no les interesara, los datos estadísticos que diariamente emite el Ministerio de Salud. En su último boletín del día anterior. 1.468.795 casos confirmados y 39.787 fallecimientos. Actualmente se encuentran 3.047 personas en las UCI. Es inquietante el aumento de casos confirmados en las últimas 24 horas: se reportaron 12.196 casos nuevos y 227 muertes en el país.
La pandemia de la covid-19 tomó a la mayoría de los departamentos del país con sistemas sanitarios e infraestructuras hospitalarias deficientes. Entre estas, la carencia de unidades de cuidados intensivos (UCI) es la más relevante debido a las exigencias asistenciales creadas por esta situación.
De hecho, las UCI, por su concepción y complejidad, no tienen capacidad ilimitada, y frente al coronavirus no es solo la tasa de demanda, sino que, al excederse, provoca también muertes por otras causas como infartos, accidentes, enfermedades cerebrales y complicaciones que no pueden ser atendidas de manera adecuada.
Urge la estructuración de un sistema único de calidad que ponga el bienestar de la población por encima de cualquier otro interés, la reducción de las inequidades en salud pública, en especial en algunas regiones, y la puesta en marcha de una política nacional de talento humano que garantice la dignidad de todos los profesionales, empezando por la de los médicos, que en algunos casos hoy esperan hasta seis meses por un pago.
A la hora de hacer balances del sector de la salud, el sabor suele ser agridulce porque los faltantes siempre son mayores que los haberes. Sin embargo, vale la pena resaltar algunos pasos hacia adelante que con mucho esfuerzo se han dado desde diferentes esquinas. Aquí hay que destacar la gestión de algunos departamentos que, por su propia cuenta, se apresuraron a ampliar sus capacidades.