Por: Felipe Rodríguez Espinel
Qué vuelco tan dramático, nuestro país acaba de perder su independencia energética después de 45 años y ahora tendremos que importar gas natural para poder mantener funcionando nuestras industrias, hogares y vehículos. Pero ojo, esto no es un problemita menor.
Esta pérdida de autosuficiencia energética representa un momento crítico en la historia económica nacional. Tras todos estos años de independencia en el suministro de gas natural, el país se ve obligado a recurrir a importaciones, evidenciando una preocupante deficiencia en la planificación estratégica del sector energético.
Lo más frustrante es que esto se veía venir. Naturgas llevaba tiempo advirtiendo sobre esta crisis, pero ¿qué hizo el gobierno? Nuestro ministro de Minas y Energía repetía insistentemente en medios de comunicación que todo estaba bien y que ni pensaban importar gas. Ahora TPL Gas está trayendo gas importado porque, simple y llanamente, no hay de otra. Ahora por si no lo sabían, para 2026 vamos a necesitar 350 GBTUD de gas, pero solo tendremos disponibles 160.5 GBTUD. ¿Se imaginan el tamaño de ese hueco? Es como si necesitáramos llenar una piscina olímpica y solo tuviéramos agua para llenar medio vaso. Y lo peor es que no es algo que se arregla de la noche a la mañana desarrollar nuevos campos de gas toma años.
Miremos el caso de Argentina, que nos lleva ventaja en esto de meter la pata. Ellos pasaron de exportar gas a tener que importarlo, y ¿saben qué pasó? Sus tarifas se dispararon, la industria perdió competitividad, y todavía están lidiando con las consecuencias. Es como ver una película de terror donde ya sabemos el final, pero igual vamos directo hacia él.
Y viene lo bueno. ¿quién creen que va a pagar? Pues nosotros, los colombianos de a pie. Ser autosuficientes nos permitía tener un servicio público económico. Ahora prepárense para ver subir esas facturas como espuma y no solo en el gas para las casas. Pensemos en las industrias, en los comercios, en todo el aparato productivo que depende de este combustible. Cuando los precios suban, porque van a subir, no nos hagamos los locos pues todo se va a encarecer. Es una reacción en cadena que va a afectar desde la arepa del desayuno hasta la producción de las grandes empresas.
La aparición de TPL Gas como primera comercializadora de gas importado es como poner una curita en una herida que necesita puntos. Sí, nos ayuda a resolver el problema inmediato, pero ¿y el largo plazo qué? Necesitamos urgentemente retomar la exploración y producción nacional, o nos vamos a quedar viendo un chispero. Y mientras tanto, cada buque de gas natural licuado que llegue a la terminal de Cartagena es como ver salir dólares de nuestros bolsillos.
O retomamos una política energética seria y de largo plazo, o nos vamos a arrepentir por generaciones. Y mientras tanto, a preparar el bolsillo, porque esta fiesta la vamos a pagar todos.