Cerrando Brechas, Construyendo Competitividad.
Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
Desde mi interés por el progreso económico y social de nuestra región, considero fundamental reflexionar sobre los resultados más recientes del Índice Departamental de Competitividad (IDC) 2024, donde el Huila ocupa la posición 13 con un puntaje de 5,22. Aunque este resultado implica una ligera mejora en la calificación, se tuvo un descenso en la posición, lo que nos obliga a analizar con seriedad los indicadores críticos y los retos que enfrentamos. Cabe destacar que, en los últimos cuatro años, el departamento del Huila ha venido avanzando en competitividad y mejorando en el IDC, pasando de la posición 16 en 2019 a la posición 12 en 2023, lo que evidencia un esfuerzo importante que debemos sostener y potenciar.
El Índice Departamental de Competitividad (IDC) 2024 es una herramienta estratégica que nos invita a los 32 departamentos del país y la ciudad de Bogotá a analizar profundamente el desempeño competitivo de nuestras regiones. Diseñado como una adaptación del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés), el IDC mide 102 indicadores agrupados en 13 pilares y 4 factores fundamentales: Condiciones Habilitantes, Capital Humano, Eficiencia de los Mercados y Ecosistema Innovador. Para el Huila, los resultados obtenidos este año representan tanto una oportunidad como un desafío.
Al observar los resultados, destaca la debilidad en pilares fundamentales como Innovación (1,81), Educación Superior y Formación para el Trabajo (3,69), Adopción de TIC (4,07) y Entorno para los Negocios (4,29), en una escala sobre 10. Estos factores, lejos de ser números aislados, reflejan las barreras estructurales que enfrentamos como departamento.
Innovación: el mayor reto estructural
Con un puntaje de 1,81, este es el pilar con el desempeño más bajo para el Huila, ocupando la posición 17 a nivel nacional. De manera alarmante, algunos indicadores presentan puntajes extremadamente bajos, como las revistas indexadas en Publindex (0,00), reflejando una casi inexistente visibilidad académica y la inversión en actividades de ciencia, tecnología e innovación (ACTI) (0,80), de allí el llamado a las universidades a que podamos avanzar en estos indicadores de relevancia para el desarrollo de la innovación. A pesar de ello, el indicador de sinergia de la investigación destaca con un puntaje de 4,62, situándose en el puesto 9, lo que indica que existe un potencial de colaboración que puede aprovecharse. Este panorama evidencia la urgente necesidad de fortalecer las capacidades locales de investigación, promoviendo incentivos a la producción científica y tecnológica.
Educación Superior y Formación para el Trabajo: un camino por recorrer
El Huila obtiene un puntaje de 3,69 en este pilar, ocupando la posición 20, lo que revela importantes brechas en el sistema educativo. Aunque la cobertura en formación universitaria (3,71) y la calidad de las instituciones acreditadas (6,83) son alentadoras, otros indicadores clave, como el dominio del inglés (4,96) y los egresados del SENA vinculados al mercado laboral (4,96), limitan la conexión entre la formación y el mercado laboral. Además, la cobertura en formación técnica y tecnológica (2,41) y la proporción de estudiantes en instituciones técnicas certificadas (2,40) son áreas críticas que necesitan un enfoque más sólido para garantizar una educación pertinente y accesible.
Adopción de TIC: una brecha digital persistente
Con un puntaje de 4,07 y una posición 15 en el ranking, el Huila muestra un rezago preocupante en este pilar, especialmente en indicadores como el ancho de banda de internet (4,78) y el acceso a computadores, portátiles o tablets en los hogares (3,19). No obstante, el uso de internet obtiene un buen puntaje (8,13), lo que sugiere que, aunque el acceso a dispositivos sigue siendo limitado, la población hace uso eficiente de las conexiones disponibles. Esto destaca la necesidad de inversiones en infraestructura tecnológica y programas de alfabetización digital para reducir las desigualdades tecnológicas.
Entorno para los Negocios: un freno para el desarrollo empresarial
El puntaje de 4,29 en este pilar coloca al Huila en la posición 24, evidenciando que las condiciones actuales no son favorables para la dinamización del sector empresarial. La facilitación de trámites (1,21) y la participación de medianas y grandes empresas (2,44) están entre los indicadores más críticos. Sin embargo, destaca la concentración en el sector secundario (9,89), indicando una especialización en este ámbito que podría potenciarse con mejores políticas de apoyo empresarial. Las barreras regulatorias y la falta de incentivos fiscales adecuados emergen como barreras que dificultan la creación y sostenibilidad de las empresas.
Debemos generar estrategias desde la articulación interinstitucional para enfrentar estos desafíos, resulta indispensable apostar por la triple hélice (sector público, sector privado y academia), esta sinergia puede generar soluciones sostenibles y con impacto real. Estos datos no solo nos invitan a analizar, sino también a actuar. La mejora en los indicadores críticos identificados es esencial para avanzar hacia un Huila más competitivo. La falta de inversión en innovación, las brechas en educación y la limitada adopción tecnológica son obstáculos que limitan nuestro potencial. Por ello, algunas estrategias que propongo desde mi perspectiva:
- Fortalecimiento del ecosistema innovador:
Para fortalecer la Innovación desde la academia y el sector privado es crucial promover incentivos fiscales y financieros para las empresas que inviertan en ciencia, tecnología e innovación (CTI). Crear centros de innovación en alianza con universidades, empresas y el gobierno puede catalizar avances significativos en este pilar. Incentivar proyectos de investigación aplicada en agroindustria, un sector clave para la economía del Huila, podría ser un punto de partida.
- Transformación educativa:
Para mejorar la pertinencia educativa y la formación técnica es necesario alinear los currículos de las instituciones de educación superior y técnica con las demandas del mercado laboral; aquí, las alianzas entre el sector educativo y empresarial pueden garantizar programas de formación enfocados en sectores clave como agroindustria, turismo sostenible y tecnología.
- Promoción de la digitalización:
Se debe impulsar la adopción de TIC a nivel empresarial y social desde el sector público, facilitar herramientas para la digitalización de las empresas locales. Asimismo, invertir en infraestructura de telecomunicaciones, el acceso universal a internet, la capacitación en competencias digitales para la población y programas de alfabetización digital para las micro, pequeñas y medianas empresas deben ser prioridad para cerrar la brecha en Adopción de TIC.
- Mejora del entorno empresarial:
Para simplificar el entorno regulatorio para los negocios es necesario trabajar desde las instituciones gubernamentales para reducir los trámites administrativos, fomentar la formalización empresarial y promover incentivos fiscales que favorezcan la creación de empresas, especialmente en sectores con alto potencial de crecimiento.
El compromiso con estas estrategias permitirá mejorar el desempeño del Huila en los pilares más críticos y generar cambios significativos en los próximos años, lo que a su vez tendrá un efecto positivo en el bienestar de la población. Por ejemplo, un ecosistema de innovación fortalecido no solo incrementaría el puntaje del pilar correspondiente, sino que impulsaría la competitividad en general, atrayendo inversión y generando empleo. De igual forma, una educación más pertinente y una mayor adopción tecnológica contribuirían al desarrollo de un capital humano preparado para enfrentar los retos del siglo XXI. La competitividad no solo se traduce en mejores índices económicos, sino también en una reducción de la pobreza y una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.
El IDC se basa en indicadores provenientes de fuentes oficiales nacionales, lo que subraya la importancia de reportar de manera precisa y regular los avances locales a los entes nacionales. Esto no solo asegura la correcta representación del Huila en el índice, sino que también permite identificar áreas críticas con datos confiables.
Un llamado a la acción colectiva; como ciudadanos, empresarios, académicos y líderes locales, todos compartimos la responsabilidad de transformar estos retos en oportunidades. El IDC no debe ser visto solo como un ranking, sino como una brújula que orienta nuestras acciones hacia un futuro más competitivo y equitativo para el Huila.
Es momento de transformar los desafíos en oportunidades. Y aunque el camino es largo, estoy convencido de que, con trabajo conjunto y estrategias bien articuladas, podemos construir un departamento más fuerte y resiliente. Estos retos son, en última instancia, oportunidades para transformar al Huila en un referente de desarrollo en Colombia.
¿Estamos listos para aceptar el desafío?