Por: Amadeo González Triviño
Y nos quedamos sin Copa, nos quedamos con los crespos hechos de poder participar en la realización de un certamen continental que congregue a los mejores futbolistas de éste continente, y todo como fruto de la improvisación, y de las maromas para engañarnos con la realidad, cuando el gobierno nacional, utilizando el distractor con el que ha querido seguir ocultando los problemas sociales del país, pidió ante la confederación suramericana de Futbol, la postergación del certamen, con el argumento del incremento de la pandemia en este eterno ciclo de nunca acabar, del engaño y de la mentira, al cual está acostumbrado.
Y la Confederación se negó rotundamente a hacerlo, por cuanto, la pandemia no es el distractor real, la pandemia es un argumento de baja estirpe política que utiliza como arma de doble filo, el gobierno nacional, y por consiguiente, el verdadero trasfondo de que Colombia se quede sin la COPA AMERICA, es la suma de protestas sociales, la suma de la ausencia de un direccionamiento en las políticas gubernamentales, que podían generar esos episodios tristes y lamentables, como los que se presentaron hace algunas semanas en Colombia, mientras se realizaban partidos de la Copa Libertadores, gases y pedreas y protestas sociales, propiciadas en medio de eventos que no concitan en estos momentos el interés de las comunidades, a pesar de la fanaticada y el distractor que ellos ofrecen a las clases más necesitadas.
La Presidencia de la República, a los cuatro vientos se comprometió con la Copa América y aseguró como lo ha hecho siempre con esa suma de lo falaz de las promesas del gobierno, que se realizarían las mismas contra viento y marea. Pero las cosas no pueden ser así. La realidad es superior a ese proceso absurdo y mezquino de quienes no tienen hoy en día la vergüenza ni la capacidad de enfrentar y asumir las responsabilidades que les corresponde, en la búsqueda de una solución pacífica y sin muertos y sin heridos y sin enfrentamientos, como se ha pretendido silenciar estos reclamos, ha posibilitado y ha llevado incluso a propiciar que los mismos colombianos se enfrenten entre sí, en una polarización social y humana sin precedentes y propia de estados totalitarios que ahora no queremos entrar a recordar.
Que el pueblo necesita pan y circo, se repite desde la antigüedad y esa es una de las consignas que desde la Presidencia de la República y en todos los estamentos gubernamentales se propicia, siempre con el fin de evadir el drama social y humano que viven los colombianos, que vivimos en medio de una corrupción y de un desmoronamiento integral de la sociedad que no tiene antecedentes en este proceso histórico que nos ha correspondido vivir.
La Copa América del 2021, no se ha de realizar. Argentina que está viviendo un drama similar por efectos de la pandemia, que vive en grandes franjas de miseria y de pobreza, propia del pueblo latinoamericano, se ha comprometido y tiene en el futbol, una razón de vida y un elemento que les permite en medio de la zozobra y del dolor, sobrevivir con un poco más de libertad y de paz, que no tienen los colombianos, por ello, se han comprometido y han de asumir la realización del certamen, incluso con el apoyo de algún país vecino, que no atraviese ese conflicto social que vive el pueblo colombiano y que no tiene esperanzas de solución a corto plazo.
Mientras esto sucede, en Colombia se sigue asesinando a los jóvenes, se sigue persiguiendo la liberta de expresión y de prensa y muchos periodistas están al servicio del gobierno, por un plato de lentejas, para ocultar la realidad. Es hora de repensar nuestro futuro. Nuestro lema es: No te resignes, aún nos queda una esperanza…
