Aunque no cabe duda de que la pandemia del covid-19 ha golpeado de forma muy fuerte la economía de los hogares, en especial la de aquellos que perdieron el trabajo, la de los millones de trabajadores informales y la de población más pobre del país, esta misma situación ha llevado a que algunos productos y servicios hayan tenido reducciones importantes en sus costos, por factores como una demanda deprimida y una mayor competencia.
En el último año, según las cifras del Dane, mientras que entre enero y abril la inflación acumulada se ubicó en 2,16 por ciento, la de este año está en 1,95 por ciento, reflejando que la reducción que se mantiene en varios rubros.
Excluyendo del análisis los precios de los alimentos, los datos del Dane muestran por ejemplo el efecto de la pandemia y de la deserción académica en los precios del rubro de educación superior, toda vez que el índice de precios al consumidor de las inscripciones y matrículas en carreras técnicas, tecnológicas y universitarias se redujo en el último año en un 23,46 por ciento.
Como se recuerda, en muchas instituciones educativas se tomó la decisión de hacer reducciones o descuentos en los precios de los semestres.
En este renglón, una situación similar se ve en los costos de los cursos de educación no formal, cuyos precios en el último año han bajado 4,63 por ciento, y entre enero y abril mostraron una variación de 1,69 por ciento por debajo de la inflación total.
Igualmente, el proceso de reapertura gradual del renglón turístico ha implicado, en medio de promociones y altibajos de demanda, una reducción del 11,33 por ciento en el IPC de los servicios de alojamiento, en el que se incluyen los hoteles y los centros vacacionales.
Entre enero y abril pasado, de acuerdo con el documento del Dane, la inflación de este grupo de gasto se redujo en un 3,57 por ciento, mientras que un efecto similar se observa en los precios de los tiquetes de avión.
Sin embargo, el presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), Gustavo Adolfo Toro, señala que este año el comportamiento de la ocupación de habitaciones no responde a una situación tradicional.
“En este momento, la caída de los precios de la hotelería, que ha estado en alrededor del 9 por ciento, no incentiva la demanda, que está deprimida por otras razones aparte del precio. Tiene que ver con la incertidumbre que existe por el contagio del covid-19 y, por supuesto, ahora las diferentes marchas y problemas de orden público que se están presentado en el país”, indicó el dirigente gremial.
Por el lado de las agencias de viaje y de las aerolíneas, luego de la reactivación progresiva de los vuelos nacionales y la reapertura de las operaciones internacionales, los actores de este mercado han desplegado unos rigurosos programas de reducción y control de gastos, con el fin de tener la capacidad de ofrecer precios más baratos y competitivos a los viajeros que incentiven la reactivación de la actividad.
Paula Cortés, presidenta de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), explica que la falta de demanda a nivel nacional ha generado que las agencias lancen paquetes turísticos muy atractivos en precios en los segmentos de sol y playa, ecoturismo-naturaleza y recorrido de las ciudades, y en destinos como Bolívar, San Andrés, Magdalena y Antioquia.
De acuerdo con el Dane, entre enero y abril, los precios de los paquetes turísticos completos, incluyendo los viajes de un solo día sin pernoctar, mostraron un descenso del 10,85 por ciento, mientras que en los últimos 12 meses, con corte a abril, la reducción del IPC del segmento fue del 6,37 por ciento.
Otro factor de incidencia en estos menores precios tiene que ver con acuerdos de comercialización, reducción de costos e implementación de soluciones tecnológicas.
“Llevar a cabo protocolos implica que muchos gastos se mantengan, y el uso de tecnología y eficiencia en canales de comunicación permiten rendimientos a escala.
Igualmente, las estructuras se están reduciendo para mayor eficiencia y las herramientas online también han permitido una reducción de costos”, aseguró la directiva.
En el caso de las aerolíneas, en lo corrido del año ha crecido la competencia, impulsada por las empresas de bajo costo, lo que ha llevado a las empresas tradicionales a ser más agresivas en tarifas con tal de mantener su cuota de mercado.
Entre enero y abril, de acuerdo con las estadísticas del Dane, el IPC del transporte de pasajeros y del equipaje de avión, incluyendo los pagos por exceso de equipaje, mostraron un descenso del 4,12 por ciento y otro del 2,29 por ciento entre mayo de 2020 y abril de 2021.