Por: Jorge Eliseo Cabrera Caicedo
Después del tardío retiro de la reforma tributaria y de la tardía orden de desbloqueo de las vías, nos parece acertada la determinación del nombramiento en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien de inmediato se trasladó a la ciudad de Washington para hacer claridad de lo que está pasando en Colombia en relación con la llamada “Protesta pacífica”, la cual no es más que protesta violenta o mejor, violentísima desde el primer día de iniciada, el pasado 28 de abril.
Que venga cuanto antes la Comisión Internacional de los Derechos Humanos para que constaten las falacias de las O.N.G y de los parlamentarios cómplices de todas las atrocidades cometidas contra la población, sin ninguna excepción, siendo los pobres las víctimas en primera línea, por el desmedido aumento de precio de los alimentos y por la imposibilidad de utilizar el transporte público para acudir a sus sitios de trabajo y a sus cotidianas labores.
Se repite ahora la historia de la “toma” del palacio de Justicia en 1.985 por parte del movimiento guerrillero M-19 con la financiación del narcotráfico, con el propósito de destruir los expedientes de extradición de varios de ellos. En “las protestas pacíficas” han sido incendiadas ahora varias sedes judiciales, con el mismo propósito de desaparecer expedientes de quienes están siendo procesados por diversos delitos.
Ha sido evidente la participación en las “protestas pacíficas” de militantes activos de las F.A.R.C. y del E.L.N, siendo algunos de ellos ya capturados en plena flagrancia.
Es ahora claro el repudio ciudadano a los gravísimos daños y perjuicios ocasionados. Así se ha expresado en varias ciudades del país en forma contundente.
Si los miembros de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos está integrada por personas de una clara tendencia izquierdista, al igual de unos estudiantes de la Universidad Surcolombiana que portaban camisetas blancas con el letrero grande: DERECHOS HUMANOS, en un bloqueo que observé personalmente esta semana, donde solo 4 personas participaban, ante la indolencia de los mandatarios locales, qué podremos esperar de ellos.
ADENDUM- Los gobernadores y alcaldes deben decirle al país si apoyan o no los bloqueos de las vías. De lo contrario, los seguiremos viendo, a algunos de ellos, como cómplices de la anarquía y del narcotráfico.