Por: José Eliseo Baicué Peña
No hay duda de que el celular se ha se ha convertido en un elemento muy necesario en el acontecer diario. Gran parte de los habitantes del planeta tiene, al menos uno, y se ha constituido en una parte de la personalidad, de la vestimenta, de su presentación. Salir de casa sin el celular se volvió algo graveeeee.
Entre las nuevas tecnologías, los dispositivos de comunicaciones inalámbricas están en el centro del escrutinio público, desatando admiración, fascinación, desazón y también decepción. Para muchos, el teléfono celular ha dejado de ser un simple instrumento de comunicación evaluable sólo en su dimensión técnica, para ser elevado a un “objeto social y cultural”, presente en todos los aspectos del diario vivir.
Cada día es mayor su difusión y sus niveles de presentación, dejando con ello suficiente evidencia sobre ciertos tipos de dependencia que se articulan en los usuarios, dando lugar a una nueva serie de implicaciones sociales.
El celular provoca una distracción mental cuyos efectos riesgosos pueden prolongarse durante algunos segundos después de acabada la comunicación, indica un estudio británico.
Expertos han demostrado, por ejemplo, que hablar por teléfono celular mientras se conduce un vehículo, constituye una fuente de distracción que podría ser fatal. Un estudio realizado por la Universidad de Utah, concluyó que del tiempo que la mayoría de las personas usa el teléfono celular, por lo menos el 60% transcurre mientras están conduciendo un vehículo. El análisis demostró que las personas que participaron se distrajeron y dejaron de observar el doble de las señales de tráfico que se les mostraron, mientras hablaban por celular, en comparación con las que ignoraron mientras no estaban al teléfono.
Así mismo, el estudio dijo que quienes hablaban por el celular, se tomaron más tiempo para reaccionar ante las señales de tráfico que observaron y, finalmente, que esas deficiencias se presentan indiferentemente bien mientras se usa el teléfono en la mano o bien cuando se utilizan los dispositivos manos-libres.
Otra investigación evidenció que casi el 80% de los accidentes, y el 65% de las situaciones que estuvieron a punto de convertirse en siniestros, resultaron de una distracción que ocurrió dentro del lapso de los tres segundos previos al evento. Se concluyó que los conductores mientras hacen uso de su teléfono celular tienen cuatro veces más posibilidades de involucrarse en un accidente del que podrían salir severamente lesionados. La tendencia es aún más evidente entre jóvenes de 16 a 24 años. Uno de cada 10 de ellos reconoce que usa su teléfono y conduce al mismo tiempo.
Un altísimo riesgo que es preciso no correr.
La próxima vez que suene su teléfono mientras conduce, no responda, recuerde que le esperan en casa.