Durante las semanas que duró el paro nacional los habitantes de las ciudades, grandes y medianas capitales, tuvieron que vivir el desabastecimiento de productos en las centrales de abastos y supermercados, generado por los bloqueos en las principales vías del país que impidieron el paso de alimentos hacía las zonas urbanas.
Hasta ese momento, para muchas personas los principales productos que se consumen diariamente en la mesa de los colombianos salían precisamente de estos grandes centros de comercio, pero olvidando que el verdadero artífice de que los alimentos lleguen a nuestros hogares, son los campesinos, los mismos que habitan en un altísimo en las zonas rurales de Colombia.
Gracias a ellos tenemos para comer, pero contradictoriamente su estilo de vida es muy distinto al que vivimos los que estamos en las ciudades, llenos de superficialidades y desconocimiento de la realidad. Muchos de los campesinos colombianos viven al día y trabajan para tratar de sobrevivir a las necesidades de vivienda, laborales, de educación, salud y económicas.
Es por esto que queremos resaltar la adopción de los Planes Nacionales Sectoriales que tienen por objeto la “superación de la pobreza y la desigualdad para alcanzar el bienestar de la población rural; y la integración y el cierre de la brecha entre el campo y la ciudad”. Aunque no hay que olvidar que esto estaba incluido dentro de los acuerdos de paz, pero no se habían iniciado como debía ser.
Sin embargo, con la visión a largo plazo de estos planes se espera la verdadera transformación de la ruralidad del país, pues el presupuesto que se ha planteado el gobierno para los próximos 15 años será de alrededor de los 100 billones de pesos, con los que se busca la superación de la pobreza y la desigualdad, el cierre de las brechas entre el campo y la ciudad y se espera la reducción en 50% de todas las dimensiones de la pobreza rural.
Puede que cien billones de pesos no sean mucho, porque el trabajo que se espera es amplio, debido al olvido de años que han tenido que padecer las zonas rurales colombianas y sus habitantes, los sacrificados campesinos que nos aportan todo.
La idea es que se mejoren las condiciones mínimas y que sean a largo plazo, pues inicialmente se mantendrá durante los próximos tres periodos presidenciales, que tienen la obligación de darle continuidad. Ojalá todo lo que se dejó escrito dentro de estos planes sectoriales se cumplan, para el bien de los campesinos y de los colombianos en general.
