DIARIO DEL HUILA, CIUDAD
Por: Hernán Galindo
Para quienes residen en Neiva o llegan bien sea de paso o por turismo la visita al parque Santander es casi que una necesidad por ser un punto de encuentro obligado como quiera que en su zona de influencia se encuentran los principales edificios de la ciudad: La catedral de la Inmaculada que encanta con su inspiración de estilo gótico, el tradicional Hotel Plaza, el centro comercial Metropolitano, sector bancario y comercial, la sede de la Asamblea departamental, el Palacio del mosaico sede de la Gobernación del departamento, y el Palacio de justicia entre otros.
Sin embargo, son muchas las necesidades que tienen que suplir quienes trabajan de manera permanente o los que llegan de paso en calidad de turistas o a hacer alguna diligencia en cada uno de los establecimientos que se concentran alrededor del parque Santander en la capital del Huila.
La visita al lugar
En pleno día de San Pedro, visitamos el parque Santander por solicitud de varios de los comerciantes que laboran de manera habitual allí.
El primero en recibirnos es José Pascuas, un lustrabotas que trabaja en la zona establecida para su labor diaria. Dice que el parque ha estado bastante abandonado, esta semana le metieron algo la mano. “Solo hasta el martes recogieron una basura que llevaba más de ocho días en la esquina de la catedral y el palacio de justicia, gracias a las quejas que hicimos de manera permanente en los medios de comunicación”, nos cuenta.
Las zonas verdes como puede apreciar vinieron, les pegaron una peluqueada a medias, se queja y continúa: “Hay muchos habitantes de calle que duermen especialmente en las noches y dejan el lugar hecho un muladar. Nos toca todas las mañanas realizar labor de limpieza para poder abrir nuestro lugar de trabajo”, comenta.
Finalmente se refiere al tema de seguridad que debido a la presencia de tanta gente de la calle se ve afectada. “Como recuerda retiraron el CAI fijo, lo reemplazaron por uno móvil y ahora este brilla más por su ausencia que por la presencia de los efectivos policiales. La presencia permanente de la policía daba una sensación de tranquilidad para los visitantes y para todos nosotros”, agrega.
Frente al parque también está ubicado el Hotel Plaza, tradicional en Neiva, que fue construido cuando la ciudad era todavía un pueblo, demostrando la visión de su dueño. Hoy al observar el tradicional lugar, recordamos como en tiempos de las fiestas tradicionales antes de la pandemia, era el centro obligado para el hospedaje de las candidatas al reinado nacional del Bambuco y sus comitivas.
Allí en su cercanía se parquean los taxistas a la espera de una carrera para avanzar en la labor diaria. Uno de ellos, Gentil Soto, se refiere al parque; dice que se ve bastante descuidado que se ha ido acabando y que la gente no tiene sentido de pertenencia. Últimamente no ha visto casi brigadas de aseo, el desaseo es pan de cada día.
“Sobre la seguridad si es buena, la policía constantemente está haciendo ronda no se ha presentado temas de atracos y robos o lo menos en los momentos en los que él está ahí esperando carrera, manifiesta. Recalca que este es la sala de presentación de la ciudad que hay que cuidarla y por eso hace un llamado a quienes lo visitan y a las autoridades para que se mantenga en buena forma.
Debe ser la cara amable de Neiva y debe ser bonita porque quienes llegan a visitarnos se llevan la imagen de lo que ven y lo que deben observar es una imagen de un sitio agradable en donde se puede departir, en donde se puede estar con tranquilidad”, concluye.
El parque Santander tiene su encanto, pues está rodeado del comercio tradicional de Neiva y tiene la iglesia Colonial, un lugar romántico para matrimonios o para asistir a oficios religiosos. Muchos lo utilizan como referencia y punto de encuentro para citas de cara a visitar el centro de la ciudad. Allí cerca, una amplia zona se ha habilitado para toda clase de vendedores informales.
Una de las vendedoras de tinto y aguas aromáticas que prefirió no identificarse comenta, que el parque es un desorden, no le han hecho mayor mantenimiento, como puede ver, sobre cómo está la seguridad considera que el parque es bastante riesgoso porque no sé ve casi la policía. Lo que si destaca es que los están dejando trabajar.
El lunar permanente y en eso coincide con la mayoría de quienes nos atendieron es la alta presencia de habitantes de calle que deambulan por el lugar sobre todo en las horas de la mañana “se la pasan para arriba y para abajo”, relata.
Martha, otra de las vendedoras informales, ofrece dulces, cigarrillos y confetis, se decide a comentar sobre los problemas que les preocupan en su lugar de trabajo. “Como puede observar este año al igual que el año pasado no hay turistas, por lo de la pandemia y por la situación económica difícil”, dice y se ríe.
El parque ha sido remodelado varias veces y es prácticamente el corazón de la ciudad. Las personas, llegan allí como sitio de encuentro de ciudadanos. Se plasma la frescura de sus árboles y el disfrute de la sombra, mientras en la tarde se espera la presencia de los loros que llegan a descansar sobre las 5:00 de la tarde sus murmullos sonoros inspiran el final del día.
José Perdomo un vendedor de uno de los almacenes formales ubicado en el parque Santander aporta sobre la fuente que ha sido reparada y puesta en funcionamiento en varias oportunidades. “Le dicen la guaca, comenta. Siempre la arreglan, dura funcionando poco tiempo y hasta la siguiente administración se vuelve a saber sobre el arreglo y funcionamiento”, concluye.
El lugar está lleno de hombres sin oficio y otros junto a mujeres que se rebuscan con las ventas ambulantes, uno que otro habitante de calle en especial por las noches después de las seis se apropian del lugar. Allí duermen, comen lo que pueden y hacen sus necesidades por lo que lo dejan en mal estado de cara al día siguiente para quienes tienen que llegar a laborar. Es una no muy buena presentación para los pocos turistas. Adicional se observan en cada una de las plazoletas del parque Santander de Neiva a vendedores, cantantes, que piden dinero.