Organizaciones de derechos humanos denunciaron ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas “graves violaciones” como torturas y cientos de desapariciones entre los manifestantes que desde hace más de dos meses protestan contra el gobierno de Colombia. Pidieron a la ONU condenar la “brutal represión” de la fuerza pública.
Desde el “28 de abril y hasta el 28 de junio se han reportado 83 homicidios”, 327 personas desaparecidas y miles de “detenciones arbitrarias”, señaló la red, conformada por organizaciones colombianas con el respaldo de otras 300 de todo el mundo, en un comunicado.
Las denuncias hacen parte de un informe que entregarán a la ONU en Ginebra, donde se reúne el Consejo de Derechos Humanos entre el 21 de junio y el 13 de julio.
De acuerdo con el texto, 27 de los fallecidos fueron “víctimas” del escuadrón antidisturbios. Otras muertes fueron provocadas por “civiles armados sin identificar, que a menudo actúan con la complicidad de los agentes de las fuerzas armadas del Estado”.
El gobierno asegura que grupos dedicados al narcotráfico y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida del país, se camuflan entre los manifestantes para generar caos. Dos uniformados han muerto durante las movilizaciones y otros dos recibieron disparos, según la policía y el Ministerio de Defensa.
Desde el pasado 28 de abril personas inconformes con el gobierno del conservador Iván Duque se toman las calles con protestas mayoritariamente pacíficas que, al caer la noche, conducen a choques con la policía en las principales ciudades.
Más de 60 personas han muerto durante la crisis, según la Defensoría del Pueblo (ombudsman) y autoridades civiles. Estados Unidos Unidos y la Unión Europea han condenado abusos de la fuerza pública en medio de las confrontaciones.
“Un hecho particularmente preocupante es la práctica de la desaparición forzada (…) A la fecha, 327 personas continúan desaparecidas”, agrega la denuncia.
Además, unos “3.200 manifestantes han sido detenidos arbitrariamente sin garantías a su derecho a un debido proceso, lo que los ha expuesto a torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes”.
Los abusos incluyen “golpizas, puñetazos con objetos contundentes, descargas eléctricas, amenazas de desaparición forzada, desnudez forzada y violencia sexual y de género, incluida la violación” y han sido dirigidos “especialmente” contra grupos indígenas, miembros de la comunidad LGTBIQ, defensores de derechos humanos, personal médico y periodistas, agrega el informe.
Aunque el frente más visible de las movilizaciones suspendió las convocatorias hasta el 20 de julio, parte de los manifestantes siguen saliendo a las calles.
La Consejería Presidencial para los Derechos Humanos de la Presidencia adelanta 127 investigaciones “por presuntas faltas disciplinarias” de la policía.
El martes, tres policías fueron suspendidos de sus cargos por agredir a dos periodistas y un joven en una protesta en Bogotá.