Por: Armando Saavedra Perdomo
Gustavo Bolívar fue y seguirá siendo un hombre polémico, primero como escritor, cuando mostro la realidad que viven cientos de jovencitas de Colombia, que crecen en la pobreza y se dejan obnubilar por el dinero del narcotráfico, y ven en una cirugía plástica la llave que les permita entrar al “maravilloso” mundo de la mafia, sin entender que esa es la entrada a un mundo de quimera, prostitución y decadencia moral de una sociedad que va emergiendo sin norte.
Con Los Tres Caínes, vuelva a poner en jaque a la sociedad cuando con testimonios de personas cercanas a los hermanos Castaño, tejidos con magistral talento y ficción, logra mostrar el mundo el paramilitarismo, y su relación directa con el conflicto interno del país y con las personas e instituciones que ostentan el poder.
Con el capo, Bolívar escribe la que se convertiría en una de las producciones más costosas de la televisión colombiana, y logra mediante la ficción y como el mismo lo explicaba “investigando el perfil de los principales capos del narcotráfico”, construir el personaje de Pedro Pablo León Jaramillo, y muestra cómo nace, crece y se reproduce un capo; dejando a su paso una estela de violencia, muerte y destrucción.
Le bastaron tres libretos para mostrar de manera descarnada la macabra relación que hay en los fenómenos sociales que han mantenido durante los últimos cincuenta años al país en la peor de las crisis: Narcotráfico, Paramilitares y Poder Político corrompido y permeado por estos.
Oriundo de Girardot, con el éxito económico alcanzado, salta a la política electoral, siendo cabeza de lista de Los Decentes. Llega al Senado de la república y desde allí, continúa denunciando por todos los medios los graves problemas de corrupción del País, y fortaleciendo los postulados de la Colombia Humana junto a Gustavo Petro. Se mantiene en el ojo del Huracán, como una piedra en el zapato de los políticos tradicionales y del gobierno de Iván Duque, calando en el fervor popular, y en especial en la juventud, haciendo uso magistral de las redes sociales.
Las críticas no paran, desde su casa en Miami, lo cual según sus detractores “lo inhabilitan para militar en partidos de izquierda”, hasta su declaración de renta en la que demuestra que paga cientos de millones de pesos, dando el ejemplo que otros políticos no pueden dar, y finalmente con la denuncia y solicitud de medida cautelar que le hicieron por liderar la recolección de fondos a través de Vaki para apoyar la compra de elementos de protección para los jóvenes de la primera línea, medida que fue negada por la corte suprema, pues de acuerdo con el comunicado “nada permite colegir que los recursos se destinaran a una actividad ilícita”.
Y así sigue Gustavo Bolívar dando ejemplo de que a la juventud debemos protegerla, que al país no se lo pueden robar unos pocos que no pagan impuesto, y que tener dinero, no te exime de la responsabilidad social de ayudar a construir un país de oportunidades, inclusivo y respetuoso de los dineros públicos y de la vida.
