Una Constitución establece un sistema de gobierno, define los poderes y funciones de sus instituciones, provee límites sustantivos a su operación, y regula las relaciones entre las instituciones y los ciudadanos. Son conjuntos de reglas y principios que crean, empoderan y limitan las instituciones del gobierno.
Este año se cumplieron treinta años de la aprobación de la Constitución de 1991, que ha regido nuestros destinos en las últimas tres décadas siendo reformada en más de 38 ocasiones, ello sin contar los actos legislativos, detenidos por la Corte Constitucional por vicios de procedimiento en su aprobación por diferentes razones, lo que resulta asombroso teniendo en cuenta que termina siendo muy reciente desde que se promulgara la Constitución vigente, cuya antigüedad resulta ampliamente menor al número total de reformas que ha sufrido a lo largo de este tiempo.
Los proyectos de equilibrio de poderes se soportan en la idea de que solo con cambiar la Constitución, se obtendrá una fórmula en la que la corrupción sea eliminada y los más capacitados sean quienes lleguen a formar parte del Estado, lo que sorprende teniendo en cuenta la poca efectividad que las reformas anteriores tuvieron en la solución de los principales problemas del país.
Una encuesta realizada por la Universidad del Rosario, entre ciudadanos del común, el 81,2% de los colombianos considera que esta Carta Magna se debe cumplir y no reformar, como lo considera el 18,8%, sin embargo es curioso que mientras todos hablamos de nuestros derechos constitucionales, el sondeo registró que solo el 6,6% de las personas encuestadas considera que conoce mucho la Constitución Política de 1991, el 31,2% afirma no conocerla nada y el 62,2% la conoce en un punto medio.
Lamentable. Cómo podemos exigir nuestros derechos, si realmente no los conocemos. La Constitución debería ser un texto obligado en todos los niveles educativos, porque solo conociéndolo, podemos reclamar lo que nos corresponde.
De todo el texto que abarca la casta política, tal vez es la acción de tutela la más popular de todas y que ha cumplido un papel muy importante en todos los niveles, porque ha puesto a pensar a los colombianos sobre en qué momento están siendo violentados, pero desafortunadamente, su uso se ha tergiversado, al punto que se ha convertido en una epidemia nacional.
La Constitución del 91 no es solo un libro lleno de artículos, es la biblia de los ciudadanos que debe ser consultada y conocida al pie de la letra, para evitar ser atropellada en sus derechos y conociéndola son muchas las cosas que se pueden evitar.
