Veintiséis militares retirados colombianos, con entrenamiento en armas sofisticadas, inteligencia y operaciones internacionales, que fueron parte de unidades contraguerrilleras, muchas de ellas financiadas por Estados Unidos y que hablan inglés, es el perfil de los implicados en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse
El mandatario fue asesinado de doce tiros, uno de ellos en la cabeza, en su residencia en la madrugada del miércoles. Llevaba varios meses encerrado en su casa en medio de una crisis política que fue menguando cada vez más su legitimidad y haciendo que aumentaran las voces que pedían su renuncia.
De esta ‘película de acción’ hasta ahora se desconocen muchas cosas, sino todas. ¿Quién pagó a los autores del crimen para que mataran al mandatario? ¿Engañaron a los militares colombianos en Haití?, como algunos afirman. ¿Qué pasó una vez estuvieron en la isla? ¿Quién contrató ese servicio de seguridad?, pues se habla de empresas de seguridad que los contactaron para reforzar la seguridad del presidente haitiano, supuestamente.
Sin embargo, por más que se busca claridad de los hechos, la situación parece enredarse cada vez más, pues los exmilitares contaban con toda la experiencia, con cursos de lancero, tirador de alta precisión, fuerzas especiales, inteligencia, y demás especialidades, por lo que muchas de las explicaciones quedan en duda.
Una de las hipótesis que más han circulado es que hayan sido engañados por la empresa que los contrató, ya que al parecer llegaban a ese país para “reforzar un equipo de seguridad presidencial”, motivo por el que ingresaron legalmente a ese país.
La madeja de esta enredada historia no parece tener una punta coherente, por lo que como ya se ha convertido en algo habitual en el país, ya se hacen señalamientos para todos los lados. Es así como ya la oposición anunció un debate de control político al Ministro de Defensa, personaje ya habitual en el Congreso, también se menciona al Ejército, al Gobierno, lo cierto es que la ‘balacera’ tiene muchos objetivos.
Lo único cierto es que el Gobierno y el mismo Ejército son los llamados a buscar y entregar explicaciones, despejar todos los interrogantes porque, así se trate de un acto criminal, de envergadura internacional, el hecho de que el nombre del país se mencione, deja muy mal parada la imagen colombiana ante el mundo, por si no nos faltaran estigmatizaciones, ahora resulta que también somos exportadores de ‘mercenarios’, de bajo precio como han dicho, pero ‘mercenarios’ al final de cuentas.
