DIARIO DEL HUILA, EL BOTALÓN
Hugo Fernando Cabrera O.
La crítica ha estado concebida desde sus mismos orígenes como una posibilidad de extensión de un diálogo; como una facultad que ha permitido ampliar los debates y que tiene que ver mucho con la legitimidad de la que goza el intelectual o el creador literario en las sociedades contemporáneas.
Reinició El Botalón, el pasado martes 13, el ciclo de tertulias correspondiente al segundo semestre de este año después de su acostumbrado receso de junio y no podía ser mejor esta reactivación: La participación del catedrático, escritor y periodista, Marcos Fabián Herrera, con la presentación del tema “El ejercicio de la crítica en la prensa escrita”, un tópico sumamente interesante, máxime hoy en día cuando precisamente la prensa carece de independencia y se ve abocada, en un instinto de supervivencia, a acomodarse sutilmente en algunos casos y en otros descaradamente, a los intereses de quienes ejercen el poder en una localidad, territorio o nación. El invitado es poseedor de atributos especiales por su formación y producción académica, y por su prolífica producción literaria, que, a su corta edad (36 abriles), lo convierten en un intelectual aventajado, admirado, pero además por su generosa y atenta forma de ser, muy apreciado. Marco Fabián es oriundo del municipio de El Pital, comunicador Social y Periodista en la Universidad Surcolombiana y Magister en Filosofía Contemporánea en la Universidad de San Buenaventura. Es autor de varios libros como, “El coloquio insolente”, “Palabras de autor: conversaciones con escritores”, “Un bemol en la guerra”, entre otros. Actualmente es el coordinador editorial de la Corporación Universitaria del Huila CORHUILA.
Crítica es Intelectualidad
Para el invitado, hablar de crítica es abordar de manera inexorable la intelectualidad y el pensamiento. La crítica ha estado concebida desde sus mismos orígenes como una posibilidad de extensión de un diálogo; como una facultad que ha permitido ampliar los debates y que tiene que ver mucho con la legitimidad de la que goza el intelectual o el creador literario en las sociedades contemporáneas. La consolidación de la prensa escrita y el afianzamiento de la industria alrededor de la prensa escrita, la formación de editoriales y franjas de lectores, permitió el surgimiento en las sociedades burguesas de lo que hoy es conocido como intelectual. Nace así el interrogante ¿Qué es un intelectual? Esta es una pregunta que atraviesa toda la historia del pensamiento, desde Grecia hasta el mundo contemporáneo, pero que siempre le ha preocupado al hombre de pensamiento, conocer el papel que cumple el intelectual en la sociedad; un papel sometido al ostracismo en muchas épocas, un papel preponderante y decisivo en otras. Pero la pregunta ¿para qué los intelectuales?, que era una incógnita muy recurrente en la Escuela de Frankfurt, en la Alemania de la república de Weimar, fue de especial interés también mucho tiempo atrás.
Teniendo lo anterior como una introducción al tema central, la ponencia se encauzó fundamentalmente en el papel de la crítica y el intelectual en el mundo contemporáneo.
La crítica en Colombia
Si se toma el caso colombiano, de los periódicos de este país, se puede evidenciar que entendieron durante muchos años, en la etapa de la colonia, el periodo independentista y la lucha emancipatoria, la cultura como un proceso de ilustración, como acceder a la alta cultura, a los saberes especializados, especialmente a las artes. Encontramos por ejemplo que el 9 de febrero de 1791, don Manuel del Socorro Rodríguez, un pionero del periodismo en Colombia, se convierte en un importante promotor cultural y paralelo a esto crea el periódico que denominó “Papel periódico de Santafé de Bogotá” que, aunque duró tan solo siete años, resulta imprescindible si se desea conocer y comprender el papel del intelectual en Colombia. En este impreso encontramos la primera sección de cultura, rotulada y marcada como tal. Marco Fabián refirió muchos periódicos posteriores, como La Bagatela. En las luchas independentistas, en buena parte fue un cruce de debates, de diatribas, de lado y lado y todo el mundo quería tener su periódico. En referencia a esto, el gran cronista Malcolm Deas acuñó la frase “Las batallas en Colombia se daban desde las trincheras y desde las salas de redacción”, lo que sigue vigente según Herrera.
El gran Baldomero Sanín Cano
Con el inicio en Europa del llamado “siglo de las luces” (Siglo XVIII) surge un movimiento literario, artístico, político, científico y filosófico que se extendió por todo ese continente y promovió la aparición de las secciones de cultura en medios escritos en nuestro territorio. No obstante, la crítica cultural como tal se da ya a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Es así como surgen figuras tan importantes y descollantes como don Baldomero Sanín Cano (1861 – 1957), escritor colombiano que, desde el ensayo y la crítica, contribuyó a introducir en este país el pensamiento de autores modernos. Sanín Cano inició su larga vida intelectual en 1880 como maestro de escuela, y luego de cinco años de ejercicio se trasladó a Bogotá, donde colaboró en el periódico La Luz como comentarista o crítico de literatura. Sanín Cano luchó por lograr que culturalmente Colombia se insertara en el mundo contemporáneo. Afrontó los más fuertes debates intelectuales. El invitado recordó que sobre el final del siglo XIX gobernaba a Colombia Miguel Antonio Caro, “un hombre que nunca salió de la sabana de Bogotá y que mientras estaba dedicado a otros asuntos, se perdía el istmo de Panamá”. Sanín Cano, un liberal de principios, que para la época fue poco valorado, pero que en realidad fue siempre un intelectual aventajado, digno de aplausos porque se enfrentó a muchas taras culturales y abrió las puertas para dar paso a la posibilidad de acceso y alcance, a importantes autores y obras literarias, que antes de él no eran posibles en este territorio, como Aldous Huxley de “Un mundo feliz”, e incluso del escritor irlandés James Joyce autor de Ulises, una obra verdaderamente representativa.
Se puede comparar a este importante personaje con figuras internacionales como Alfonso Reyes de México, coincide también con el dominicano Pedro Henríquez Ureña o el peruano José Carlos Mariátegui, entre algunos otros.
Mientras Baldomero Sanín Cano se erigía como el principal crítico literario de nuestro país, Había un caso muy particular conocido como “El caso Dreyfus” un proceso de acusación y condena con pruebas falsificadas del capitán del ejército francés Alfred Dreyfus por espiar para Alemania. La sociedad y la política se polarizaron en un debate entre defensores y acusadores del capitán con tintes antisemitas y antialemanes. El mencionado capitán es sometido a un juicio público y en condenado, pero en un debate público el gran novelista francés Émile Zola, lo defiende asumiendo una apasionada defensa pública. Para muchos ahí estaba emergiendo lo que se entiende o se concibe la figura de intelectual por lo que este hecho, para muchos, es el punto de partida para la creación de los intelectuales en el mundo contemporáneo.
El destacado literato huilense Marco Fabián Herrera, deleitó a los asistentes a este conversatorio con una exposición magistral acerca del oficio literario, la crítica y la intelectualidad, haciendo un recorrido histórico valioso que bien vale la pena volver a escuchar y que gracias a la tecnología es posible, si se visita la cuenta en Facebook de La Tertulia el Botalón donde quedó grabada su excelente tertulia.