La presencia de Jesús de Nazaret en la tierra hace 2.000 años, exaltó la libertad individual, como condición suprema de la humanidad, lo que le ha dado al cristianismo un carácter libertario en la historia; sin embargo la aparición de los dogmas marxistas en el siglo XlX, que promueven al Estado como un “yugo bienhechor”, mediante una dictadura sempiterna para supuestamente llegar al “paraíso” en milenios, demuestra que el comunismo en los 2 últimos siglos es el principal enemigo de la libertad, al considerar a los seres humanos como simples instrumentos de la “vanguardia lucida”, que busca esclavizar a las masas para satisfacer su voracidad burocrática.
Debido a lo cual, en la campaña electoral que se avecina en Colombia, los candidatos democráticos tienen que ser enfáticos en la defensa de la libertad como tema central, porque de acuerdo al artículo tercero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos/ Naciones Unidas, la libertad es uno de los tres derechos fundamentales de mujeres y hombres, pero que el comunismo con sus diferentes partidos y movimientos pretende expoliar, si gana las elecciones presidenciales en el 2022, lo que llevaría al país a un cautiverio política, económico y social igual al de Cuba o Venezuela.
El ejemplo de vida de Jesús como adalid de la libertad es inconmensurable, ya que paso por la tierra haciendo siempre el bien; destacándose un hecho demasiado transcendente en su vida, de tantos que nos enseñan los evangelios desde el punto de vista humano, y a pesar de que algunos lo toman como metáfora, su significado es demasiado extraordinario para lo que debería ser el comportamiento de las personas ante la maldad, como fue el rechazo que le hizo a la propuesta del “padre de las tinieblas” cuando fue tentado en el desierto para que se convirtiera en el rey del mundo con todo su poder político, como lo dice la Biblia en San Lucas 4:5-8.
Ese maravilloso relato nos demuestra la magnitud libertaria del Maestro, quien al rechazar el ofrecimiento de Satanás, nos pone de presente la tragedia histórica que ha representado para la humanidad la lucha por conquistar el dominio sobre las naciones y los seres humanos, en donde las fuerzas totalitarias le han causado a la tierra las peores desgracias, mientras que la democracia con todas sus dificultades a tratado de buscar la armonía entre los humanos.
El marxismo que es la organización totalitaria que más ha cometido genocidios en la historia, con 140 millones de asesinatos desde el asalto bolchevique en Rusia en 1917, hasta nuestros días, ha demostrado su carácter diabólico en donde la vida de las personas no importa, pues lo que le ha interesado a esa secta es defender o conquistar el poder a cualquier precio; diferente a las enseñanzas de Jesús que en muchas ocasiones le ofrecieron ser gobernante, pero lo rechazó, de ahí que cuando plantea que su reino no es de este mundo, resaltó el no estar de acuerdo con las injusticias y el sometimiento brutal de las personas en el Imperio Romano, pero además tácitamente plantea que había un mejor sistema de vida, como lo refrendaron los cristianos en los primeros 300 años de la Iglesia primitiva, en donde la caridad fundamentada en la solidaridad era la prioridad.
Otra fuerza totalitaria que le hizo mucho daño a la humanidad fue el nazismo, cuyo principal exponente Adolfo Hitler, llevó al holocausto de la Segunda Guerra Mundial que le produjo 50 millones de muertos a la humanidad; el nazismo al igual que el fascismo y el marxismo son corrientes totalitarias hegelianas que consideran que el Estado es dios sobre la tierra y por eso la expresión: “todo dentro del Estado, nada fuera de él”.
Seudo-intelectuales marxistas de manera desvergonzada, al tratar de exculpar los crímenes del comunismo totalitario, argumentan que no ha sido bien aplicado, o que no se ha interpretado correctamente y que el problema es el revisionismo, pero todas esas falacias denotan el fracaso antropológico e histórico de esa doctrina absolutista, pues eso sería igual a decir que Hitler no aplicó correctamente el nacional-socialismo y que por eso fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial.
Necesariamente por las múltiples calamidades que tiene la humanidad en la actualidad, con problemas como el Covid-19 o peste china, el calentamiento global, las guerras, las hambrunas, los refugiados, las crisis económicas y tantas otras aflicciones; los seres humanos tendrán que volver los ojos a Dios por medio de su hijo Jesucristo, y con la ayuda del altísimo darán soluciones a las inmensas dificultades que vive la humanidad, de tal suerte que el Reino de Dios y su Justicia que se logrará mediante la libertad en la tierra, será posible para la felicidad de hombres y mujeres; pues, Jesús afirmó: “porque a vuestro padre le ha placido daros el reino” y en otra parte dice: “Porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”.
La esperanza que nos ofrece Jesús de Nazaret, para un mejor futuro, la plantea el apóstol San Pablo en la Epístola a los Romanos, en donde afirma: “Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”, lo cual demuestra que el sacrificio de Jesucristo no fue en vano, puesto que un mundo mejor si es posible, pero sin las opresiones totalitarias del comunismo ni las ambiciones desmedidas.
Jesús de Nazaret como verdadero libertario, le dio un ejemplo al mundo sobre la manera como se debe rechazar las tentaciones diabólicas, que a veces ofrece el poder político, basado en la mezquindad, la violencia, la avaricia y la corrupción, de ahí que a esa forma de gobierno que a través de la historia ha impulsado el totalitarismo y que indiscutiblemente en la actualidad se manifiesta con el comunismo que usa diferentes emblemas para engañar, se le deben anteponer la democracia y la libertad, cuya fuente no la enseñan las sagradas escrituras que proclaman: “ Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres”.