Es muy halagador que la meta de inmunización del 70% de los adultos que se propuso el gobierno nacional para final de año es muy factible que se logre. Ya se han aplicado 25.6 millones de dosis contra el Covid-19 y 11.4 millones de colombianos ya estamos protegidos. A propósito, recientemente, fui contagiado y gracias a la oportuna vacuna no tuve complicación alguna, no obstante tener varios antecedentes médicos de sumo cuidado.
Paulatinamente se ha venido involucrando a la población cada vez más joven en el proceso de vacunación, pero se ha podido advertir, al igual que en otras latitudes, un buen número de personas que no desean inmunizarse por múltiples razones, en especial escepticismo y desconfianza hacia las vacunas contra el coronavirus respecto a su efectividad.
Coincidimos con un editorial de esta semana del diario El Tiempo, en el cual se pide al gobierno nacional “Elevar el volumen y la intensidad de las campañas para persuadir a escépticos, y rezagados”.
Solamente así se podría llegar a tan ansiada inmunidad de rebaño¨.
Es preocupante el hecho de que en España se han presentado ya 5 picos de contagio y en Colombia estamos en el tercero, lo que nos hace predecir un largo e incierto camino todavía por recorrer.
En varias ciudades y Estados de Norte América, se han establecido incentivos para motivar a la población para que se acerque a los puestos de vacunación. La ciudad de Nueva York comenzó esta semana a dar a quienes se vacunen, la suma de 100 dólares y los servidores públicos deberán inmunizarse por obligación.
Lo sensato, lo cívico, lo humano es entonces acudir prontamente a los puestos de vacunación para disminuir en grado sumo la posibilidad de terminar, una vez contagiado, en un crematorio. Ya son demasiadas las víctimas, las personas familiares, conocidas y amigos que han sucumbido por el virus Covid-19. El virus mata. Evitémoslo. Tengamos todas las precauciones.
ADENDA 1.
Profundo dolor nos ha causado el fallecimiento de mi primo hermano Eduardo Cabrera Dusán, gran ingeniero, entrañable amigo y miembro de familia.
ADENDA 2.
Nuestra solidaridad absoluta con el Presidente Duque, quien a Dios Gracias salió ileso del atentado terrorista.
Gran expectativa existe en la opinión pública por la recuperación de los servicios de inteligencia y contra inteligencia de las Fuerzas Militares.
