Ayer domingo primero de agosto el bello municipio de Rivera cumplió setenta y ocho años de historia, una fecha muy especial para quienes hemos tenido la fortuna de nacer en tan hermosa tierra, cuna del autor de Vorágine. Rivera fue fundada en 1888 en el sector de Aguas Calientes con el nombre de San Mateo, por iniciativa de Vicente Poveda; el poblado fue corregimiento de la ciudad de Neiva hasta el 17 de mayo de 1943, de ahí en adelante han sido miles de historias de tenacidad, alegrías, tristezas, triunfos y derrotas que el apolíneo pueblo ha pasado.
Cierto es que, nuestro municipio goza hoy por hoy después de setenta y ocho años de historia, de un prestigio importante dentro del departamento del Huila, somos el lugar predilecto para que miles de neivanos pasen el fin de semana descansando en nuestro territorio. Las aguas termales, la venta de postres, las panaderías, fincas de recreo, hoteles, restaurantes, bares y miradores, cada día son más reconocidos y preferidos por turistas y visitantes, que ven en esta tierra de promisión y su clima, el lugar perfecto para reposar y olvidar el caos de su cotidianidad.
Gozar de tres importantes vías de acceso y estar a veinte minutos de la capital opita, son atributos y una bendición que han permitido el desarrollo turístico, industrial y comercial del municipio, eso sí, no como debería ser. Hoy Rivera al igual que la mayoría de ciudades y municipio del país tiene en el desempleo una de sus mayores problemáticas sociales, aunque se cuenta con unas importantes empresas piscícolas y empresas como Contegral, que generan cientos de empleos a los riverenses, un comercio local que se dinamiza los fines de semana muy fuertemente, el desempleo juvenil es preocupante, aclarando eso sí, que no es un problema de ahora sino histórico que no se ha logrado solucionar.
La actual administración municipal trabaja fuerte, sobre todo en la formalización del comercio, el apoyo al sector agropecuario y la promoción de los atractivos turísticos. Creo, el camino elegido es el ideal, pero se debe impulsar mucho más la marca Rivera, se debe buscar dar beneficios tributarios a quienes deseen emprender y generar empleo en nuestro municipio, seguir fortaleciendo a EPR para que esta sea una empresa ejemplo en nuestro departamento, buscar también una eficiencia económica en ella que le permita participar invirtiendo en negocios por fuera de su zona de confort, para que se generen ganancias adicionales y que estas puedan ser invertidas en obras que generen un impacto positivo, social y económico.
De igual modo es súper importante la conclusión de la obra la alameda de la felicidad, un chicharrón que le dejaron al Alcalde Yepes que positivamente ha sabido manejar. Esta obra que tiene como fin la cementación de la entrada principal del municipio, de felicidad no ha tenido mucho, hasta ahora han sido más los dolores de cabeza que la satisfacción. Es menester que la obra sea terminada pero que la calidad de esta no deje dudas, cosa que pasa hoy. Ojalá la Procuraduría y Contraloría estén pendientes, ojalá Rivera siga en la senda del desarrollo y siga eligiendo la honestidad y no vuelva a caer en el error de elegir a quienes solo ven en los puestos públicos una oportunidad de enriquecerse.
