DIARIO DEL HUILA, NEIVA
Catalina Durán Vásquez
El día de ayer el presidente Iván Duque anunció a través de sus redes sociales que el incremento del salario mínimo en el 2021 será del 3.5% lo que dejará el valor de este pago por encima del millón de pesos colombianos.
Según manifestó el mandatario, “en total se ubicará en $1.014.980. (SMMLV $908.526 + auxilio de transporte $106.454)”.
Duque, a su vez destacó que cumplió con lo prometido en campaña, “por primera vez en la historia de Colombia y cumpliendo una promesa de campaña, superará, incluido el subsidio de transporte, el millón de pesos”, dicha expresión del mandatario generó indignación en redes sociales.
En esa misma línea, el presidente también manifestó que es necesario mantener el equilibrio entre poder adquisitivo y proteger y generar nuevos empleos.
Recordemos que tanto empresarios como trabajadores no lograron llegar a un acuerdo en cuanto al porcentaje de incremento, lo que llevó a que la decisión fuera tomada por el mandatario colombiano.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, la proporción de los ocupados que ganan hasta un salario mínimo en Colombia ha venido aumentando en los últimos años. En los primeros 10 meses de 2020, dicha proporción fue de 63,8%.
Si la población ocupada en Colombia sumó entre enero y octubre de 2020 19,5 millones de personas, entonces los que reciben hasta un salario mínimo son 12,4 millones de personas.
Los analistas consultados por DIARIO DEL HUILA explicaron que es un gran incremento, superior a la inflación; sin embargo, no deja de ser un salario por debajo de lo requerido para vivir.
Para el administrador de empresas, profesor, y director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad Surcolombiana, Carlos Harvey Salamanca Falla, “un alto porcentaje de los trabajadores en nuestro país devengan un salario mínimo, que como su nombre lo indica, es en extremo básico y se convierte en un insumo importante para limitar la calidad de vida de aquellos que con esos recursos pagan salud, pensión, hacen mercado, pagan arriendo, compran útiles escolares, entre otros. De tal manera que, aunque se hable de incrementos superiores a la inflación, los ingresos siempre estarán por debajo de lo requerido para vivir, y se convierte en un insumo vital para motivar el endeudamiento”.
Por otro lado, el economista Germán Palomo García sostuvo que el aumento del 3.5% decretado por el Gobierno sobre el salario mínimo legal hay que mirarlo bajo tres aspectos importantes:
“Primero es la octava vez que el gobierno tiene que sacar un decreto estableciendo ese aumento del salario mínimo, lo cual implica un fracaso de las mesas de concertación del salario mínimo, ni empresarios, ni trabajadores y el propio gobierno que participa de eso han podido establecer la flexibilidad necesaria para analizar en profundidad el tema salarial que tiene que ver con el mercado laboral en el país”.
“Lo segundo, para el Gobierno siempre resulta muy cómodo aumentar uno o un poco menos puntos porcentuales sobre la propuesta de los empresarios que inicio con 2% y llegó a contemplar un 2.7%; esa propuesta de empresarios se vuelve un referente para que el Gobierno diga vamos a aumentar 1.8 puntos porcentuales y todos quedamos contentos, es decir se facilita una intermediación del Gobierno en este caso”.
“Y tercero, definitivamente los trabajadores siguen siendo muy obtusos en su “negociación” de ese salario mínimo, siempre pensaron en el millón de pesos, pero básico, es decir si aumentamos el salario en un millón más el subsidio de transporte el incremento habría sido de 6 a 7 puntos porcentuales, pero ellos nunca se bajaron del 14% cosa, desde luego, inaceptable. Es una cifra manejable, sin embargo, los trabajadores siguen insistiendo que este valor no representa la aspiración que ellos tenían, porque siempre pensaron en el 14%, y queda una vez demostrado que esas mesas de concertación no representan ninguna labor”.
Inconformes
Por otra parte, esta Casa Editorial decidió salir a las calles de Neiva a consultar con la ciudadanía sobre lo que opinan de este aumento del salario, pues son ellos los más perjudicados ante este nuevo decreto.
“Para mí el aumento del salario mínimo no es favorable para la clase media y baja para el país. El rico cada vez más rico, el pobre cada vez más pobre, si se mira desde todas las perspectivas y se desglosa ese valor de 904 mil pesos en las actividades que tiene en Colombia, pagar el tema de arriendo, alimentación, educación, y otros tipos de actividades, no estaría alcanzando para nada, porque si miramos no más el arriendo está entre 300 y 500 mil pesos en condiciones medias. Desde ahí ya podríamos partir que esos 900 mil pesos no estarían alcanzando para nada”, sostuvo Juan Trujillo.
En la misma línea, Joan Palacios manifiesta su inconformismo con este aumento en el salario, comprándolo con el aumento en el sueldo de los congresistas, lo cual le parece algo injusto.
“El incremento al salario mínimo en la situación en la que se encuentra el país se puede decir que es equitativo y partiendo del cierre de la inflación que va a tener el año, la indignación de muchos de los colombianos está en los aumentos que le han hecho a los congresistas, ahí es donde entra la discusión del porqué el salario mínimo aumenta solo 20.000 mil pesos y el de los congresistas tan altos y exagerados en donde muchas veces la ciudadanía pidió que rebajaran esos sueldos”, indicó.