Me ha llamado mucho la atención el contenido del libro que por fortuna ha llegado a mis manos escrito por el expresidente Belisario Betancur, consumado literato, hombre de letras, estadista, CANOA.
Se trata de Cervantes y Don Quijote en Las Indias. Abarca temas de fondo sobre la aventura evolución de la lengua de Cervantes.
Relata como a partir de los viajes de Colón, que abrieron paso a la enclavada colonización hispánica del Nuevo Mundo y luego de las Islas Filipinas, en el Sudeste de Asia, la lengua dominante de los españoles, el idioma castellano, emprendió su transcurrir hacia la universalización.
Un proceso que la hace una de las más habladas del mundo, enriquecida con voces y locuciones adoptadas de las culturas vernáculas con las que entro en contacto.
El primero de los vocablos precolombinos que escogió la lengua castellana fue de origen compartido entre Taínos y Arawacos.
“Canoa”, tal como lo registra el explorador Genovés en su Diario del Primer Viaje: “Viernes 26 de Octubre de 1492. Era todo baxo cinco o seis leguas, surgió por allí. Dixeron los indios que llevaba que avía de ellas a Cuba andadura de día y medio con sus canoas, que son navetas de un madero adonde no llevan vela”.
Es así como el fecundo bagaje lingüístico del español, ya enriquecido durante la Edad Media de léxicos de origen árabe, se lucro con palabras exóticas, de espontanea, natural y bella sonoridad, de fácil recordación para los europeos, voces diáfanas, cálidas como el ambiente tropical de donde procedían y que embelesaba a los visitantes del Viejo Mundo.
Así pues, la noble lengua castellana que Cervantes, el esclarecido letrado español, novelista, dramaturgo y poeta de Alcalá de Henares, engrandecieron con su pluma prodigiosa en el ocaso del siglo XVI, cuatro siglos después de su muerte guardan intacta su presencia en el mundo moderno y se expande de manera sorprendente contra toda dificultad y restricción geopolítica y étnica.
Hoy como bien se indica, más de cuatrocientos millones de personas en latitudes diversas la hablan.
Por esta razón, el español ostenta una tercera posición relativa entre las lenguas vivas, después del putonghua conocido en occidente como “chino mandarín” y a muy escasa distancia cuantitativa, por ahora, del inglés.
En el ámbito mundial, la lengua de Cervantes se arroga el segundo lugar en importancia, puesto que no solo es el idioma oficial de una veintena de paises, sino que más de cincuenta millones de almas lo aprenden como lengua prestada.
En la actualidad, en los Estados Unidos, país universal y cosmopolita por excelencia, con más de 350 millones de habitantes, una radiodifusora de habla hispana es la de mayor sintonía.
