El mundo entero se vio inmerso en una guerra contra el tiempo cuyo propósito fue y sigue siendo, encontrar la inmunidad contra el letal Civid- 19, para ello la industria farmacéutica y los científicos han tenido esa responsabilidad. Pero lo más paradójico y triste sigue siendo que esos esfuerzos financieros de los Estados, como el Colombiano, en cabeza del gobierno Duque y de los entes territoriales, y por supuesto el de cada habitante que hizo dejación de sus costumbres relacionistas, que dejaron por meses de visitar y abrazar a seres queridos, que perdieron ingresos en sus empresas y otros mantuvieron sus nóminas para proteger a su prójimo, todo lo anterior en contraposición de proyectos de inversión que no ayudan a resolver y mitigar los efectos de la pandemia y vemos a los avivatos robándose los recursos públicos, mientras tanto, niños en escuelas y colegios públicos sin acceso a Internet, papás que acrecentado sus gastos internos en energía, agua y datos para que sus hijos asistieran virtualmente a clases, y ahora la Ministra de las TIC, permitió la triangulación de setenta mil millones de pesos que entregó a sus amigos de cambio radical y del gobierno, que hoy pese a sus explicaciones y decisiones administrativas siguen demostrando que a Colombia se la siguen robando los mismos líderes políticos de hace 50 años, y que los órganos de control ya cerraron filas para protegerla y hacer que aquí nada ha pasado.
Amigos, se avecina un cambio de gobierno y de modelo de administración de lo público, más no de modelo económico, hechos de corrupción y leyes tributarias lesivas llevan al pueblo colombiano a votar por la diferencia, así lo marca la tendencia a favor de Gustavo Petro y sus listas al Congreso, que ya son estas últimas, materia de preocupación de las élites de este país resiliente.