Acabamos de conocer las condiciones y procedimientos a utilizar entre los precandidatos del uribismo, para la selección definitiva del candidato que representara a esa corriente ideológica del pensamiento político en las próximas elecciones presidenciales.
Hemos entendido que el candidato que sea escogido, sin “jugaditas” de manos sacrílegas, como en el proceso inmediatamente anterior, en la selección de Duque, de la que hemos sido víctimas de ese proceso incruento pero real, de una desgracia anunciada como consecuencia del proceso fraudulento mencionado.
Si con Santos pagamos el costo de la verdad, de la autoridad, del orden, del crecimiento económico, y de la seguridad democrática en un solo acto dramático de ocho años, con Duque lo estamos pagando a cuentagotas, por esas “jugaditas” de infiltrados que defraudan con aparentes lealtades, el ideario uribista.
Supongo, como consecuencia de la entrevista a María Fernanda Cabal, participe de esas decisiones, que se habrán tomado las precauciones necesarias y suficientes, para evitar que manos criminales de la buena política, atenten contra alguno o algunos de los candidatos del uribismo.
Tengo conocimiento que se ha autorizado una auditoria sobre el procedimiento escogido, que deberá ser el garante de la transparencia y pulcritud que deben regir todos los actos del uribismo, y sus precandidatos todos sin tacha, atendiendo a la proclama de que “soldado avisado no muere en guerra”, habrán tomado esta y otras cautelas para no caer en la misma desgracia.
Todos los candidatos son buenos, diría que excelentes, pero soy más afirmativo con la firmeza de convicciones de María Fernanda Cabal, y Rafael Nieto, en la medida en que realmente representan la derecha sin titubeos y cobarde a que nos hemos visto abocados por esas “jugaditas” fraudulentas del pasado.
El solo hecho de haber manifestado sin ropajes de mendigos progres sus convicciones en favor de la libertad, pero dentro del orden, la reinstalación de la autoridad en todos los órdenes de la sociedad, reinstalación total de la justicia y de la educación, ejes fundamentales, cuya desaparición y desatención por parte del Estado y de los gobiernos, nos han llevado al abismo moral y ético en que nos encontramos.
Este gobierno saldrá por la puerta del medio, como en las iglesias viejas, por su complacencia con la corrupción, no haber atacado la bomba de gasolina de esta como es el narcotráfico, por haber negado por su incapacidad, la fumigación contra los cultivos ilícitos, entrando en connivencia con el delito y todas sus nuevas manifestaciones, que hoy tienen en cuidados intensivos la supervivencia de los colombianos.
