Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo
Talleres, almacenes, mecánicos y comunidad en general que llega a la carrera Cuarta por un servicio son los que ocupan la vía y los andenes afectando el desplazamiento de carros, motos y peatones, provocando un completo desorden urbanístico de la zona en el microcentro de la ciudad.
Los habitantes de Neiva, de tiempo atrás, manifiestan que la invasión del espacio público en la ciudad no es sólo de los vendedores informales, sino que también es causada por la formalidad. Un ejemplo de ello es lo evidenciado en la carrera Cuarta, entre la calle Cuarta y la avenida Circunvalar, zona comercial y residencial de importante desplazamiento de carros, motos y peatones.
El problema no es nuevo. Desde hace varios lustros empezaron a funcionar un sinnúmero de almacenes y talleres de mecánica de motocicletas, que con el paso de los años se han adueñado de la vía.
La carrera Cuarta con calle Cuarta es una de las de más tráfico en la ciudad.
En el área no solo parquean, sino que también se hacen reparaciones de motos, situación que ha generado que este tramo vial nunca esté despejado.
La zona en cuestión está ubicada a unas cuadras de la Gobernación del Huila, el Parque Santander, el Palacio de Justicia, edificios que son parte de la ‘sala de recibido’ de la ciudad a los visitantes.
Negocios formales e informales
En un espacio, de unas pocas cuadras, conviven comerciantes formales que venden desde motocicletas hasta repuestos para las mismas y mecánicos que se rebuscan el día a día en la calle y andenes.
Los moradores y transeúntes del sector se quejan de la problemática. Una de ellos, Delia Burgos, quien vive al finalizar la calle y hasta el frente de su casa llega la fila de motocicletas, “es una situación que nos ha afectado por años, pero cómo hacemos, yo le digo que no parqueen y ellos lo hacen, no nos vamos a poner a pelear con unos ‘mototaxistas’ que nos responden con palabras obscenas, lo que da paso a que después tenga que salir mi familia a pelear”.
Diario del Huila visitó el lugar donde operan, según cifras no oficiales, más de 400 mecánicos, sumados a los vendedores formales e informales.
Comerciantes y mecánicos conviven en el sector.
“A ojo de buen cubero son fácilmente unas mil familias las que derivan su sustento de las actividades aquí”, comenta Carlos Alberto Ruiz, dueño de uno de los negocios en una casa que en los años ochenta era de familia.
Ricardo Mosquera, vecino del barrio San Pedro, asegura, que el único momento cuando la calle se ve medio despejada es cuando la Policía hace operativos de desalojo, pero que, al término de estas acciones, la situación vuelve a ser la misma cosa.
“La verdad eso hace rato no ocurre. Lo que hace unos años era una cadena de almacenes y talleres de dos o tres cuadras ahora se extiende hasta el río, con negocios de lujos, restaurantes y tomaderos”, se queja.
“En época de campaña política, como la que se avecina, vienen y nos prometen toda clase de soluciones, que reubicarnos, que especializarnos, que mejorar las condiciones de trabajo y por ende los ingresos, pero como siempre, puros cuentos chinos”, comenta Pedro Pérez, un mecánico al que le dicen ‘el Paisa’.
Y es que desde hace varios años se ha contemplado reubicar a los repuesteros, vendedores y mecánicos de motos en un lugar en el que puedan realizar su labor en otras condiciones distintas a las actuales, pero los intentos o anuncios han fracasado.
Siempre se ven motos a cualquier costado de la vía.
“Recuerdo que hace unos ocho años se habló de un proyecto para reubicarnos en la zona de Mercaneiva o en la zona industrial. Pero para hacer realidad esto se necesita el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad que ha sido otro cuento de nunca acabar”, comenta José López, uno de los comerciantes en el lugar.
Lo que dice la ley
Es un espacio ciudadano que debe ser recuperado, plantea Salomón González, y pide que quienes llevan a cabo esta labor sean trasladados a una zona donde no perjudiquen a terceros.
“El Código Nacional de Tránsito en la Ley 769 de 2002, artículo 79, menciona que no se pueden hacer reparaciones de vehículos en la vía, por el mismo carácter de que ésta es pública y en servicio para el tránsito de peatones y vehículos”, señala el abogado Luis Carlos Fierro, junto al Palacio de Justicia.
“Con situaciones de uso irregular del espacio se hace necesaria la persistencia de la autoridad, sobre todo en las zonas donde se afecta la movilidad de manera reiterativa”, agrega.
Sobre una posible reubicación Fernando Claros responde que no cree que los reubiquen porque aquí todos trabajan de la mano.
“Mucha gente sobrevive y vive de estos negocios. Hay mucho tallercito y almacenes que demandan mano de obra directa y generan trabajos indirectos. Tienen a otras personas que les colaboran así que hay mucha más gente que depende de un local”, explica, sobre la situación económica de la zona.
En algunos sectores toca bajarse del andén para poder caminar.
Felipe Díaz dice que “este es un gran mercado, aquí se mueve buena parte de la economía en la ciudad una de las que más motos tiene en Colombia”.
“Aquí convivimos tanto quienes vendemos repuestos como Los mecánicos, ellos también trabajan y sacan el dinero para su sustento y el de sus familias. Pueden ser entre 30 mil o 50 mil como antes de la pandemia y ahora solo a veces 5 mil o 6 mil. Lo de un almuerzo”.
Ese cuento del traslado no lo ve cercano. En Neiva existe y tiene nombre la Cuarta. Cuando alguien va a comprar moto o un repuesto o a hacer una reparación busca la Cuarta porque aquí tiene todo a la mano.
“Somos una gran familia que contribuye a la economía en la ciudad entre vendedores, mecánicos e informales sumamos más de 1.500 personas que día a día trabajamos y buscamos el sustento y si multiplica por la familia de cada uno pueden ser 7.500 neivanos los que viven o vivimos de esta actividad”, concluye.
El negociante Jairo Quiza explicó que los locales comerciales poco tienen que ver con los mecánicos que se ubican en la zona para ejercer su labor.
“Los empleados que yo tengo trabajan dentro de mi local. Ninguno sale a instalar o a colocar repuestos, eso lo hacen los que pasan por cada uno de los negocios pidiendo permiso para poder laborar en la zona. Nosotros no estamos invadiendo el espacio, no obstruimos el paso a los carros ni a los transeúntes”.
La actividad comercial es permanente todos los días.
