Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo
La tradicional pila, lugar emblemático del microcentro de la ciudad, está apagada. Diario del Huila una vez más visitó el lugar y compartió con los ocasionales visitantes la inquietud sobre su funcionamiento.
Las fuentes de agua con iluminación en los centros de las ciudades son una garantía de éxito para atraer a los habitantes y a los turistas porque sirven como lugar de integración y esparcimiento, decoran el día y la noche de las plazas, son lugares hasta románticos.
Con ese propósito se instaló la pila en Neiva, en el Parque Santander, entre el edificio de la Gobernación y la Catedral, en una zona de amplio comercio y de desplazamiento de personas y vehículos.
“Hace muchos años se pensó se convirtiera en lugar preferencial para quienes llegan hasta el centro de la capital del Huila. Así se hizo tras la remodelación de la plaza, por allá en los años setenta”, dice Alcides Lugo, lustrabotas de la zona.
Y es que visitar el Parque Santander en Neiva, sala de recibo de la capital del Huila, bien sea por turismo, por viaje de negocios o por retorno a su lugar de origen es un paso obligado para hacer diligencias o para conocer la parte central de la ciudad, por todas las edificaciones que se encuentran alrededor, destaca Alonso Rodríguez, pensionado, sentado en una banca, mientras juega ajedrez con un compañero de la desaparecida Telecom.
“Lo malo en este caso es que hay una gran diferencia entre una ciudad con una fuente bien bonita, en funcionamiento, cuidada, con agua limpia y luces de colores para mirar y disfrutar, para tomarse fotos de día y noche. Y otra con una abandonada y en mala presentación como sucede lamentablemente en Neiva”, señalan los hombres.
Visita de Diario del Huila
Diario del Huila visitó el sitio el fin de semana, el sábado por la tarde, cuando hay más movilidad de peatones para escuchar la opinión y quejas de la gente, local y visitantes.
“La falta de mantenimiento está generando mal aspecto para la ciudad, además de malos olores y, sobre todo, la proliferación de plagas de mosquitos y zancudos”, coinciden en decirnos personas que trabajan en el Parque o transeúntes, cuando nos observan tomando fotos y testimonios.
Según las personas que rondan la pileta, desde que comenzó la cuarentena ha sido escasa la presencia de funcionarios de la Gobernación o del Municipio u otra autoridad adelantando las labores de aseo correspondientes.
“Es importante que atiendan la queja porque, además del coronavirus, podría desencadenarse una epidemia de dengue que afectaría aún más la salud de los neivanos”, asegura Libardo Corredor, vendedor de lotería.
Nos llama la atención un grupo de jóvenes que departen en un descanso sobre uno de los bordes de la fuente.
Kevin Zambrano, estudiante de ingeniería de software, responde que es de Neiva y pasea con familiares que llegaron de Bogotá. Acto seguido dice sentir pena y vergüenza por el mal estado de la fuente, que ha sido orgullo de la ciudad, claro, cuando ha operado.
“Cuando la pila está encendida es muy chévere por el microclima que genera. Para ellos, con mucho calor y necesidad de brisa fresca, sería genial. Pero igual, en otra ocasión que traje unos amigos tampoco estaba encendida, entonces ya ni me sorprende”, sostiene.
Jacqueline Zambrano, enfermera, es una de las visitantes y comenta que es la segunda vez que viene. “La primera vez que vine estaba llena de basuras y hoy tampoco está en funcionando. No la he visto en funcionamiento”, concluye.
Ahora interviene el más joven del grupo de viajeros, Joyner Zambrano, que estudia bachillerato, dice que el parque es bonito.
“La fuente la he visto funcionando, pero en fotos, agrega, y se ríe. Se va frustrado porque esperaba que en esta oportunidad estuviera en plena acción, ojalá la arreglen”.
Daños y reparaciones
Gracias a su arquitectura la fuente neivana fue considerada una de las bellas del país. Con hermosa decoración artística. Las bombas que propulsaban el agua a más de dos metros de altura ya no operan. El único líquido que se posa en el monumento son las aguas lluvias que se estancan gracias a que el desagüe también dejó de funcionar.
“Dizque la arreglan, pero es poco lo que dura en funcionamiento, no presta ningún servicio”, señala Luis Devia, de un puesto de revistas en una esquina.
Y agrega que son varias las intervenciones que ha recibido. El motor, las válvulas, la tubería, sistema de bombeo, toda la maquinaria ha sido reparada en otras oportunidades, pero dura funcionando muy poco.
“Cuando se inició la pandemia estaba en funcionamiento y el argumento en ese entonces es que se tomaba la determinación de apagarla por el posible contagio que se generaba a través de las gotas de agua que se esparcían por el parque. Pero ahora no hay un argumento valedero”, comentan.
“Así ha sido siempre”, sostiene Carlos Pino, un vendedor informal de música que frecuenta el lugar. “La encienden por poco tiempo y luego se convierte en basurero o bañadero de la gente de la calle”.
Pasa una pareja y también decide dar su concepto. “Venimos de Vegalarga. No me gusta ver la pila en estas circunstancias, me parece que no le da una buena imagen a la ciudad, bonito sería que estuviera en funcionamiento”, expresa Mireya Paredes.
Alirio Reyes observa y dice que cómo se le ocurre a la gente bañar a los niños con esa agua en alusión a una pareja que está lavándole los pies a sus hijos. “Qué pesar que no esté en funcionamiento, esto es lo bonito del parque, lo de mostrar”, expresa.
Las recientes intervenciones fueron en los años 2005 con ocasión del Centenario del Departamento como lo informó en su momento Diario del Huila, y en el 2018.