Puedo estar seguro de que no hay colombiano que no haya recibido una molesta e inoportuna llamada en la que se ofrecen servicios o promociones que no se estaban buscando. De igual manera creo que todos nos hemos llegado a preguntar: ¿de dónde sacaron mi número de contacto? ¿Habré autorizado el tratamiento de mi información para fines comerciales? Muchas de estas preguntas y la forma en la que realmente son tratados nuestros datos, quedaron expuestas y resueltas en una decisión que acaba de ser proferida por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio -SIC- esta semana.
La resolución en comento es la No. 67646 de 20 de octubre de 2021, por medio de la cual, la SIC sancionó a Comunicación celular S.A – Comcel S.A (Claro) con una multa de novecientos cincuenta millones. ¿La razón? Tal como se expone en la precitada resolución y como se sintetiza en el comunicado de prensa publicado por la SIC el día de ayer, fue posible establecer que, “entre enero de 2020 y abril de 2021, CLARO efectuó alrededor (sic) 7.425.820 llamadas no autorizadas a usuarios de otros operadores realizando un tratamiento indebido a la información contenida en la base de datos de portabilidad numérica y generando ganancias que ascienden aproximadamente a $13,416,000,000 como ganancia total presuntiva (…)”.
Frente al caso y a lo resuelto por la SIC considero que podemos extraer las siguientes reflexiones: a). Frente a las ganancias presuntamente obtenidas, así como frente al tamaño corporativo de la empresa y la escala de sus servicios, considero que la sanción se quedó bastante corta. Dicho en otras palabras, la sanción difícilmente podría persuadir a una empresa de no vulnerar el régimen de protección de datos personales, pues las ganancias alcanzan para pagar la sanción y aun así, dejar amplias utilidades para repartir.
b). Partiendo del hecho de que las sanciones difícilmente pueden llegar a persuadir al cumplimiento del régimen de protección de datos, considero que tenemos que tomar conciencia sobre el verdadero valor de nuestros datos, pues tal como podemos verlo en el caso de CLARO, muchos se enriquecen a costa de nuestros datos, sin nuestro consentimiento. Esto debe ser un llamado de atención para leer con mayor detenimiento los términos, condiciones y alcances de cualquier “encuesta” o “formulario” en el que inocente y desinteresadamente las empresas solicitan nuestros datos. No olvidemos que regalando nuestros datos estamos regalando la gallina de los huevos de oro.