Cuando Christine Hitt describió el Valle de Waipio en la Isla Grande de Hawái como uno de los lugares más hermosos del mundo y un lugar inspirador de varios escritores y novelistas, entre ellos, el premio Pulitzer James Michener, jamás llegó a imaginar que existiera un lugar más hermoso que éste, y que estuviera en Colombia. Llegar a las playas de Inka Inka lugar preferido de Carlos Vives en Santa Marta es como llegar a las playas de Waipio (que significa “agua curva» en el idioma hawaiano), o llegar a la Playa Los Cocos al final del Parque Tayrona lugar preferido por la Miss Universo Paulina Vega y lugar por el cual quedó encantado el actor de la saga Crepúsculo Robert Pattison; historias que relatan con pasión y orgullo Angélica Arroyo y Jairo Barros anfitriones del único restaurante de comida local en esta playa.
Y es que el Parque Tayrona es uno de los paisajes más hermosos y quizás más nativos del mundo, que, sin construcciones de edificios, se conserva como los lugares más visitados por extranjeros, por su ecoturismo, playas y su gran ciudad perdida. Rico en flora y fauna, el Parque Nacional Tayrona tiene una extensión de 19.309 hectáreas, de las cuales 12.367 son terrestres y 6.940 son marinas (Parques Nacionales, 2021) pero sólo se usan 15 hectáreas aproximadamente en servicios ecoturísticos. Yerson, habitante local y guía turístico, relata cómo poco a poco se ha ido reactivando el turismo, pero siente que aún falta mucha más divulgación para dar a conocer ante el mundo estos hermosos paisajes y, que de paso ayudarían a mejorar la economía local de esta zona. El Parque Tayrona es habitado por cuatro comunidades indígenas -koguis, arhuacos, wiwas y kankuamosque (Mininterior, 2021) pero, en los últimos años, el negocio del ecoturismo en este parque ha sido reñido por Aviatur y por la poderosa familia Dávila, peleas que le ha costado hasta la salida de la directora de Parques Nacionales, Julia Miranda.
Hoy en día, al igual que en Hawái, el Parque nacional natural Tayrona es administrado desde hace 10 meses por el Estado, representado por la Gobernación del Magdalena, pero con unas grandes diferencias. Hawái emplea el 16% de su población nativa para los servicios de ecoturismo (Department of Business, Economic Development and Tourism, State of Hawaii, 2021), mientras que el Tayrona cuando estaba en manos de los privados no llegaba al 2%, ahora está en el 5% (Gobernación del Magdalena, 2021), y el promedio de ingresos por turismo en Hawái es de 10 billones de dólares al año, mientras que en toda Colombia, antes de la pandemia el turismo llegó a tener ingresos de más de 6 Billones de dólares (Banrep, 2020) el equivalente a los ingresos por petróleo 2021. Por lo anterior, ¿puede realmente ser reemplazada el sector energético? o más bien ¿se fortalecería más la economía colombiana? En vez de tener una Silicon Valley como lo propuso este gobierno en su momento, más bien podemos tener una modesta Hawái colombiana que dependa de las energías renovables y del turismo. Hawái ocupó el tercer lugar entre los estados de EE. UU. en energía geotérmica y el séptimo en energía solar (National Renewable Energy Laboratory, 2021). El petróleo que se importa es sólo para su consumo interno.
Según un informe publicado por el Foro Económico Mundial los principales países que dependen del turismo en función de su Producto Interno Bruto (PIB) son: Las Maldivas, Croacia, Malta, Tailandia, Jamaica e Islandia. Todas más pequeñas que Colombia y a excepción de Islandia, países en vías de desarrollo. El próximo gobierno tiene como reto primordial impulsar el turismo y volver del territorio nacional en el Hawái colombiano.