Existe algo estratégicamente invaluable en el actual contexto geopolítico del mundo: el agua. China, Rusia y Estados Unidos lo han entendido y sin temor a equivocarnos podemos afirmar que estas tres potencias la han convertido en un objetivo común. Han dimensionado lo que significa el cinturón ecuatorial en materia de biodiversidad y en producción de alimentos, nosotros no.
Tener selva, bosques y agua en las áreas que las tiene la región sur colombiana es un activo invaluable. Las tres potencias lo saben y por eso se han vinculado de manera mucho más dinámica a América Latina la última década. Lo han hecho financieramente y participando en grandes proyectos de infraestructura.
El Huila se encuentra ubicado estratégicamente, comparte gran riqueza en biodiversidad y está justo en medio de los complejos montañosos que conforman las cordilleras occidental y central que cruzan el departamento; comparte el macizo colombiano; se ubica en un área que contiene la fuente de agua dulce más importante del país – cerca del 70% del agua que consume Colombia– en el macizo nacen cinco ríos estratégicos: Magdalena, Caquetá, Cauca, Patía y Putumayo. ¡Que enorme riqueza!
Por eso nos tienen los ojos encima, China lideró el grupo BRICS, creó un nuevo Banco Mundial y el reemplazo del Fondo Monetario Internacional, entraron de forma decidida junto con Rusia, India, Brasil y Sudáfrica a competir con la hegemonía que traía el orden financiero mundial liderado por USA desde la creación del Banco Mundial y el FMI, que fueron producto de la posguerra, cuando se firmó el acuerdo de Bretton Woods. Hoy el grupo participa en la financiación de cientos de proyectos a nivel de América Latina.
En infraestructura el grupo BRICS viene financiando y “ejecutando” grandes proyectos en Colombia, Brasil, Perú y Nicaragua entre otros, éste último cuenta con los asiáticos por ejemplo como socios en su proyecto del nuevo canal interoceánico para competirle al de Panamá nosotros los tenemos en Colombia con el Metro de Bogotá y varias mega obras más.
El Huila tiene que despertar, somos un territorio que lastimosamente alberga los cuatro peores problemas que tiene el país: inseguridad, narcotráfico, deterioro ambiental y corrupción. A esto sumemos una dirigencia que al parecer no ha entendido la dimensión de esta poderosa riqueza estratégica, podríamos afirmar que el compromiso de desarrollar la región ha desbordado la capacidad de casi todos nuestros líderes.
Si además sumamos a este panorama, la falta casi generalizada de conocimiento del entorno, de esta enorme riqueza en biodiversidad y fuentes hídricas y su potencial e influencia sobre la vida de los huilenses, corremos, como el agua, el peligro de continuar el camino desafortunado que nos han trazado con ella. Primero Betania, de la cual heredamos problemas sociales y ningún beneficio claro económico y ahora el Quimbo, cuyo balance hoy es de gran perjuicio para el departamento en todos los órdenes, el Rio Magdalena merece capítulo aparte.
¡Será que necesitamos que se vuelva a romper Betania como en 1986 para despertarnos!
