En el país no paran los feminicidios. Durante la pandemia, se pudo demostrar que los estados de confinamiento que vivimos provocaron la muerte de 630 mujeres durante la vigencia de 2020. Las estadísticas oficiales demuestran que la violencia de género en Colombia y específicamente en el Huila, muestran cifras aberrantes. En el primer semestre del año se reportaron más de 3.000 casos de violencia contra la población femenina. Se ha vuelto frecuente el uso de armas de fuego, como la forma convencional de atentar contra la vida de las mujeres. De esta realidad, tampoco escapa nuestro departamento. Precisamente, en el anterior año nos hemos conmocionado por varios casos que están reflejando la crisis social profunda, en que se encuentran algunas familias huilenses, que merecen toda la atención del Estado.
El episodio ocurrido en el municipio de Gigante, el jueves anterior es aberrante. Fue agredida de una forma salvaje una menor de edad de nacionalidad venezolana, por su pareja sentimental, Jhon William Muñoz Galvis, causándole heridas con arma blanca en el rostro y otras partes del cuerpo. Este delincuente fue detenido por las autoridades en espera que se le aplique severamente la normatividad vigente. En el país se cuentan por centenares los casos que ocurren diariamente por este fenómeno criminal que tiende a incrementarse, a pesar de que se han implementado medidas más severas para contrarrestar este flagelo que padecen las mujeres.
Recientemente se han presentado situaciones que han enlutado a varios hogares en diferentes municipios del departamento, donde fueron agredidas y asesinadas algunas mujeres. Son alarmantes los casos reportados por el Consejo Departamental de Mujeres, quienes manifiestan que la mayoría han sido cometidos por los compañeros de las víctimas y que la violencia intrafamiliar también aumenta de forma alarmante en esta región.
Hay necesidad de emprender un accionar gubernamental articulado con todas las instituciones públicas y privadas, para formular políticas y eliminar todo tipo de actos violentos, a través de la promoción de la inclusión y la generación de proyectos productivos, en los sectores vulnerables del territorio. Hoy en día los derechos humanos están protegidos por la Constitución Nacional y por la legislación colombiana. La ideología del género afecta a toda la población, porque se ha modificado el paradigma en Colombia, respecto al registro de nuestras identidades que ya no tienen el destino genital, sino que ver con la fortaleza de la autonomía y el libre desarrollo de las personas. Pero respetando siempre a los seres más queridos: las mujeres.
