Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo M
La beatificación reactivó a los fieles de José Gregorio Hernández. Todavía hay neivanos, la mayoría de edad, que mantienen la religiosidad y fervor por el santo venezolano.
Uno de los pasos más importantes para la beatificación del doctor José Gregorio Hernández se dio hace dos años, el 26 de octubre de 2020. La exhumación de sus restos se cumplió ese día para seguir con un proceso que da fe de la existencia de un venerable que fue beatificado por la Iglesia católica el 30 de abril de 2021.
Se trató de un galeno de Venezuela que se metió en el corazón del pueblo por su generosidad y siempre puso sus conocimientos científicos al servicio de los más necesitados, ganándose así el apelativo de El Médico de los Pobres, comenta Luis Carlos Sierra, de 65 años, uno de sus devotos a quien encontramos en el centro de Neiva, junto a un sitio de venta de imágenes religiosas, veladoras y escapularios
Diario del Huila consultó junto a la Catedral de la Inmaculada Concepción a posibles fieles, sobre el proceso de beatificación, qué se sabe en la ciudad de su obra y milagros, de la aceptación que todavía mantiene en la comunidad religiosa, y se es vigente un fervor por el santo venezolano.
“Lo que sé es que fue declarado beato por el Papa, el año pasado, en plena pandemia. Hubo mucha gente que se alegró porque sabían de sus favores o les concedió peticiones. Pero la verdad no soy de sus seguidores. Yo le pido a la Virgen de Santa Marta”, manifiesta Lucila Ospina, ama de casa, que se declara piadosa.
A continuación, responde Alma Tierradentro, quien llega acompañada a la iglesia de una hermana. Tampoco sabe mucho del médico Hernández. “Supimos de su canonización por toda la información en medios de comunicación. Se habló de sus virtudes heroicas y del caso de una niña que recuperó”, expresan las mujeres menores de 30 años.
Y se apuran a aclarar que tal vez no conocen mucho del ‘venerable’ porque fue afín a otras generaciones. Entienden que se destacó al finalizar el siglo pasado, “hace mucho tiempo”, dicen.
Obra y reconocimiento
Tienen razón sí vamos a ver que la Iglesia Católica inició a constatar su fama entre algunos creyentes en Venezuela e inició en 1949 el proceso de canonización de Hernández.
“En 1972 la Santa Sede reconoció que José Gregorio Hernández vivió una vida virtuosa y ejemplar para los católicos y en consecuencia el Papa Pablo VI le concedió el título de Siervo de Dios, primer paso para su canonización”, explicó el teólogo Juan Carlos Pinto.
Y confirma que la obra del beato fue hace muchos años por eso es poco conocido en la actualidad, especialmente por nuevas generaciones que mantienen depositada la fe, esperanza y religiosidad en Dios, La Virgen y los ángeles.
“Mire, usted, que el milagro atribuido al venerable fue la curación de Yaxury Solórzano Ortega una niña de 10 años que fue impactada en su cabeza con un proyectil de arma de fuego, durante un asalto a su padre, el 10 de marzo de 2017, cuando unos asaltantes intentaron despojarlo de su moto”, señaló.
Pero también nos encontramos con testimonios de personas que dicen ser seguidoras o son más cercanas a su labor misericordiosa, por eso lo recuerdan y lo siguen ‘adorando’. Todas personas mayores de edad, con contadas excepciones, que explicaron su conocimiento del reciente beato, el cuarto de Venezuela.
“Yo mantengo una fe viva en él. Lo acompañaré para siempre con mucho aprecio y cariño. Conozco y doy testimonio de sus bondades y servicios, aunque tampoco se pueden llamar milagros, pero que ayuda, ayuda”, señala Tomás Murcia, adulto mayor, que habla convencido.
Era una gran persona por su generosidad con los más necesitados. Se sabe que para él la medicina era una misión, no como los médicos de ahora que cobran por todo y caro. A menudo compraba medicinas para la gente, para los pacientes, y en lugar de pedirles plata por la consulta les regala para que compraran comida, asegura Luis Patiño, mientras toma en sus manos una figura del médico, de las que hay en varios tamaños.
“Sigue siendo venerado, la gente lo busca, le gusta todavía llevar su figura porque saben de sus obras y favores o porque se puso nuevamente de moda con la beatificación por el Papa Francisco. No es objeto de amplio culto en Neiva y tampoco puede ser considerado un santo popular, pero tiene sus seguidores”, señala el vendedor Lácides Peralta.
Mediadora
Nos llena de alegría. El corazón se nos regocija con lo que ha hecho el Santo Padre y por lo que hemos vivido sobretodo en esta pandemia”, comenta Irian Ramírez, fiel del Médico de los Pobres. Y asegura que tuvo una hermana, Encarnación, que ya murió, que era médium.
“Era mediadora. Con la ayuda del beato se sanaron personas de todo tipo de enfermedades, incluso pacientes graves. No es charla es verdad, yo lo viví. No era estafa, como decía gente mala”, asegura.
Cuando se marcha, el comerciante Peralta explica cómo era el proceso de las cirugías espirituales que hacía el médico José Gregorio.
“Los pacientes llegaban a una casa y en el rincón de una habitación había un altar con velas, flores, agua, alcohol, tijeras, jeringas y la imagen del doctor. Allí pasaban a ser valorados como si estuvieran en un centro médico. La intermediaria los atendía y procedía o les recetaba medicinas. Así era. Créalo”, afirma, y hace un gesto de despreocupación.
Ficción, estafa, fe, religiosidad o misticismo, lo real y cierto es que después de 71 años de espera el doctor José Gregorio Hernández está en los altares. Está beatificado y sus poco o muchos devotos lo siguen alumbrando, rezando y pidiéndole favores más allá de lo terrenal.