Dios creó el planeta Tierra y en él puso al ser humano para que lo “sembrara, lo cultivara”. Otra cosa es que el hombre sea un vago y sinvergüenza y no sea el constructor de su propio desarrollo. ¿Por qué le echamos la culpa a Dios por nuestra irresponsabilidad y pereza? ¿Por qué usted vive lamentándose de su pobreza y no hace nada para salir de ella? Dígame, por favor: ¿por qué a usted no lo aguantan en ninguna empresa? Cada uno se gana los espacios. Excúseme, ¿quién va a tener en una pequeña, mediana o grande empresa a una persona sin iniciativa, criticona y que a toda hora vive intoxicada? Hay personas que no aportan nada y si critican todo. Son cianuros que envenenan cualquier ambiente. Hay personas tóxicas, a todo le ven problema y viven henchidos de envidia. ¿Sabe qué es la envidia? Admirar con rabia. Nuestro Maestro censuró acerbamente la pereza. Alguna vez iba de camino y le pidió a uno de sus discípulos que le trajera un higo-breva para satisfacer el hambre. El discípulo regresó diciéndole que la planta no tenía fruto; el Maestro le respondió que la sacara de raíz, pues estaba ocupando un terreno en balde. En otra ocasión nos ofreció la parábola de los talentos: Un señor se fue de viaje, entonces llamó a tres funcionarios de su empresa: a uno le dio diez talentos de plata, a otro cinco y a otro uno. Cuando regresó pidió cuenta del dinero dejado; llamó a los tres. El que había recibido diez talentos, los hizo producir, arrojando un resultado de otros diez más; igual el que había recibido cinco. En cambio, el que había recibido un talento, excavó un hueco y no fue productivo. ¿Qué hizo el empresario? Al que había producido diez, le encargó la responsabilidad de diez empresas más; igual al que había recibido cinco. El perezoso que no fue productivo, le quitó el talento y se lo dio al más productivo, para que produjera más. De modo que el secreto del éxito es el trabajo productivo. Amigo lector, permítame preguntarle: ¿por qué países tan pobres en recursos naturales como Israel, Japón, Suiza, son tan ricos? Tienen trabajo productivo, cero desempleos; son países prósperos porque los problemas los vuelven oportunidades. En cambio, en países tan ricos en recursos naturales como Colombia y en general los países de América Latina, ¿son tan pobres? Aquí llevamos subsidiando la pobreza por décadas y, ¿cuándo salimos de pobres? Países como Singapur, Corea del Sur en 1965 era países más pobres que nosotros y, ahora, ¿cómo están ellos? Tienen una de las economías más prósperas del mundo. ¿El secreto? El trabajo productivo. Colombia es uno de los países más ricos del planeta en recursos naturales y, sin embargo, sigue siendo pobre. Como decía el premio Nobel de Paz, el expresidente de Costa Rica, Oscar Arias: “Algo hicimos mal”. Aquí hay mucha retórica sobre la pobreza y siempre nos quejamos que la culpa la tienen los otros. Los discursos cargados de odio clasista inundan los escenarios públicos y las soluciones no llegan. Hay resentimiento social.
