En Colombia las festividades navideñas comienzan con la noche de las velitas del 7 de diciembre, que son el preámbulo, víspera o vigilia de la celebración del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, entre otras cosas patrona de Neiva desde el año 1612, cuando en la tercera y última fundación, se puso a la ciudad bajo su advocación. El dogma fue proclamado así por el Papa Pio IX en la bula Ineffabilis Deus (Inefable Dios), el 8 de diciembre de 1854. La doctrina de la Inmaculada Concepción no es aceptada por algunas iglesias protestantes. En otros lugares por ejemplo en los Estados Unidos, lo que marca el inicio de las festividades navideñas es el famoso “viernes negro” cuando se inaugura la temporada de compras navideñas. Es la fecha de mayor movimiento comercial de todo el año. En los últimos tiempos, esta costumbre totalmente consumista, se ha extendido a muchos países, incluso en Colombia los comerciantes promueven el “Black Friday” para incentivar las compras ofreciendo precios especiales. Se celebra al día siguiente de Acción de Gracias, que ocurre el cuarto jueves del mes de noviembre. Esta festividad es muy importante para los norteamericanos, al punto que la consideran de mayor relevancia que la Navidad. Es el día en que se reúne la familia para celebrar con un delicioso banquete donde el plato principal es el pavo asado y darle gracias a Dios por todo lo ocurrido en el año. Volviendo a la fecha que hoy celebramos en nuestro país, vale recordar que la Catedral de la Inmaculada Concepción, cuya construcción se inició en 1917 y finalizó en 1957, ubicada al costado sur del parque Santander, en pleno corazón de la ciudad, lleva ese nombre en homenaje a la patrona de Neiva. Inicialmente nuestra capital fue conocida oficialmente como la “Villa de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Valle de Neiva”, un nombre demasiado largo que por obvias razones fue abreviado. La catedral de estilo gótico es patrimonio histórico y arquitectónico. Forma parte de los íconos que la administración municipal quiere promocionar a través de la marca “Neiva, vida y paz”. No es bueno tanta crítica a una iniciativa que creo conveniente apoyar debido a que impulsará el turismo hacia nuestra capital.
