(I parte)
El tema de los valores cobra cada día más actualidad y no es para menos, al ser un asunto que forma parte de nuestro interior y en mi modesta opinión, la educación en valores puede ser un salvavidas en este mundo de confusiones. La palabra VALOR viene del latín valor, valore, (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación. En el campo de la Ética y la Moral los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. Por ejemplo: un paisaje hermoso, una persona solidaria, una sociedad tolerante, un sistema político justo, una acción buena realizada por alguien y así sucesivamente.
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás, una vida que valga la pena ser vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas.
Los valores aunque son complejos y de varias clases, todos coinciden en que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida: los valores biológicos tienen como consecuencia la salud y se cultivan mediante el autocuidado; los sensibles conducen al placer, la alegría y el esparcimiento; los económicos proporcionan todo lo que nos es útil, son valores de uso y de cambio; los estéticos nos muestran la belleza en todas sus formas; los intelectuales nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento; los religiosos nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado y la práctica de los valores morales nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad, la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, el respecto, la amistad y la paz. Los valores morales, son una cuestión de humanidad, son los más importantes, ya que estos le dan sentido y merito a los demás. De poco sirve tener muy buena salud, ser creyente, muy inteligente o vivir rodeada de comodidades y objetos bellos si no se es justo, bueno, tolerante y honesto. La falta de valores morales en los seres humanos es un asunto lamentable y triste, precisamente por eso, porque los hace menos humanos.
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, con base en ellos decidimos cómo actuar ante las situaciones que nos plantea la vida. Tienen que ver, principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos, con las otras personas, en la sociedad o en nuestro medio en general. Cualquier ser humano, para serlo plenamente debería ser libre y aspirar a la igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su propia persona y a los demás, trabajar por la paz y el desarrollo de su terruño, conservar el medio ambiente y entregarlo a las generaciones futuras mejor de cómo lo recibió, hacerse responsable de aquellos que le han sido encomendados y estar dispuesto a resolver mediante el diálogo, los problemas que puedan surgir con aquellos que comparten con él el mundo y la vida.
El camino de los antivalores es equivocado, porque nos deshumaniza y nos degrada, nos hace merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no de la sanción social.
Son pues tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos en donde estén en peligro o inculcarlos cuando donde no exista. Si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual y para que, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos.
