DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
Por: Rolando Monje Gómez
La asociación civil Campo Limpio se dedica a recolectar residuos y envases que se utilizan en la producción agropecuaria para darles un destino adecuado.
El año anterior aumentó su recolección no contaminante en un 20% en comparación con lo alcanzado en 2019. En total, el año pasado se recolectaron 1.519 toneladas de residuos, divididas en 100 toneladas de cartón, 483 toneladas de plastillera, 638 toneladas de bidones de fitosanitarios, 276 silobolsas y 21 toneladas de otros residuos.
El Huila, cuenta con cobertura en todo el departamento pero con énfasis en los municipios cultivadores de arroz y lulo especialmente, grandes consumidores de estos productos químicos.
Leidy Vásquez, la coordinadora Operativa para los departamentos del Huila-Tolima y parte del Caquetá, manifestó que el departamento del Huila el año anterior recogió entre 20-25 toneladas de elementos contaminantes, aunque reconoce que debió ser más la producción.
Vásquez señala que, en el departamento por parte de los campesinos, las administraciones y comerciantes de agroquímicos la receptividad está por el 77%, que han querido acogerse al programa, que es gratuito y aporta grandes beneficios a los agricultores.
Para desarrollar esta labor, Campo Limpio con sus Ingeniero Agrónomos capacita a los agricultores en el manejo adecuado de los envases y normatividad; asesora en el acopio en finca y maneja una infraestructura de centros de acopio para la recepción de los envases vacíos. Al final del proceso, les da una disposición final a estos envases según las normas ambientales.
Si bien Campo Limpio ha ido creciendo con los años, aún existen ciertos problemas, como la falta de fiscalización en torno al destino de los residuos.
“Campo Limpio está recuperando 40% del plástico volcado. Comparados con otros países de Latinoamérica estamos en los tres mejores lugares y no tenemos tantos años de historia», resaltó.
El programa Campo Limpio, que comenzó sus trabajos en 2014, tiene actualmente 27 centros de acopio de residuos en todo el país y más de 85 empresas importadoras y/o formuladoras de productos agroquímicos y fertilizantes están nucleadas bajo esta asociación civil.
La Coordinadora Operativa en el Huila comenta que para realizar su labor deben ir al lugar, en jornadas que se adelantan dependiendo el tipo de cultivos, los tiempos de cosecha, incluso el mismo clima. En cultivos de alta contaminación se adelantan campañas de recolección semanal, en otros casos éstas pueden ser bimensuales. Señala que las dinámicas son variables, dependiendo también de las vías de acceso que en muchas ocasiones dificultan la labor, porque la recolección se hace por lo general en la zona rural.
García Pintos explicó a El Observador que otro problema al que se enfrenta la recolección de residuos es que los distribuidores deben tener centros de acopio o participar de centros de acopio comunitarios, como los que impulsa Campo Limpio. «Tampoco hay una fiscalización para los distribuidores, para ver si ellos están cumpliendo o no», comentó.
Sustancias peligrosas
Los plaguicidas para controlar las plagas y enfermedades de los cultivos tienen la característica de ser tóxicos y por normas internacionales y las leyes colombianas, son sustancias peligrosas todas aquellas que sean tóxicas, corrosivas, explosivas, reactivas, inflamables, infeccionas o radiactivas. También se consideran peligrosos los empaques, envases y embalajes que estuvieron en contacto con ellos. En muchos países del mundo, los envases vacíos de plaguicidas después de la práctica de triple lavado se consideran como “residuos especiales”, pero en Colombia aún no.
Las normas del Ministerio de Ambiente dicen que el agricultor debe entregar los envases al mecanismo que el fabricante del producto establezca, por eso todos los envases de plaguicidas de las empresas miembro de Campo Limpio deben entregarse únicamente a ésta.
Cuando se entregan a otra persona, se incumple la norma y se corre el riesgo de que los envases puedan ser utilizados en reciclaje informal para hacer utensilios de cocina o juguetes, por ejemplo, o que terminen en manos de falsificadores de producto.
No hay incentivos ni pagos por la devolución de los envases. El servicio de Campo Limpio es gratuito, pero tampoco se paga ni en dinero ni especie por el manejo de los envases. Es obligación de los agricultores darle un manejo adecuado y devolverlos. Las certificaciones de devolución de envases que entrega Campo Limpio y la conciencia de cuidar nuestro campo es el mejor incentivo.
Qué se hace con los envases
En los centros de acopio se seleccionan los envases, separando los envases plásticos rígidos, los flexibles, el cartón y los metálicos. Los envases plásticos rígidos se envían a plantas de reciclaje para hacer madera plástica, los de metal a una siderúrgica para fundir como chatarra, el cartón a reciclaje. Los empaques flexibles, el cartón contaminado, las bolsas de papel, se envían a horno cementero para el proceso de coprocesamiento o incineración controlada.
Dentro de los objetivos de Campo Limpio están: gestionar envases de productos fitosanitarios y fertilizantes; educar en temas referentes a buenas prácticas de manejo de agroquímicos y fertilizantes; y asegurar el reciclaje de los envases en productos ambientalmente seguros, como por ejemplo postes carreteros, porteras, piques o pallets.