Sin dudas la mayor problemática social de los jóvenes en Colombia y el Huila es el desempleo. Tener un empleo digno es muy difícil de lograr para nuestra juventud, piden experiencia, piden muchos estudios o un sinfín de requisitos que terminan siendo una talanquera que impide el acceso al campo laboral.
Muchos jóvenes en Colombia luchan día a día por graduarse, por culminar sus carreras universitarias y cuando por fin lo logran se estrellan con una dura realidad, no hay trabajo para ellos. De acuerdo con los datos publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el trimestre móvil de abril y junio de 2021, la tasa de desempleo entre los menores de 28 años se ubicó en 23,3 %, lo que indica que había en su momento 1,58 millones de jóvenes desocupados en Colombia. Ello sin contar el alto número de chicos que trabajan en la informalidad o como independientes y que incluso eso los tiene privados de cotizar desde ya su pensión.
El gobierno nacional ha venido lanzando políticas públicas e incentivos tributarios para que se contraten más jóvenes. Por ejemplo, desde ahora, las prácticas serán tenidas en cuenta como experiencia laboral. Pero no es suficiente, no es suficiente si las gobernaciones y alcaldías no ayudan. Como entidades territoriales deben aunar esfuerzos y trabajar de manera articulada, para desde los territorios luchar contra esta problemática social que ocasiona otras, tales como: la delincuencia, la intolerancia, la drogadicción, etc.
Desde el sector público y en todos los niveles se debe tomar muy en serio el tema del desempleo juvenil, se debe crear toda una política pública en son de combatir dicho problema. Reducir mucho más los impuestos a las empresas a cambio de contratar más jóvenes, aumentar el porcentaje de jóvenes obligatoriamente contratados, exigido por el Estado y sus entidades. Que los municipios y gobernaciones le apuesten a la creación de empresas de economía mixta, dónde se fortalezca sectores muy importantes como el turismo y el sector agropecuario. Necesitamos apostarle más al agro, a la agroindustria, y mirar a los campesinos como empresarios del campo, que estos nos ayuden a emplear los chicos, a generar empresa, a dinamizar las economías locales. Además, el sector privado debe confiar mucho más en los muchachos, no exigir tanta experiencia sino disposición y ganas de trabajar. Buscar más talento que experiencia, más ganas y disciplina que estudios.
Los jóvenes en Colombia y el Huila son talentosos, tienen ganas de salir adelante y ser el orgullo de sus familias, ellos solo quieren una oportunidad.
