El mundo en el que vivimos está plagado de dificultades para las gentes de trabajo. En las inmensas mayorías las carencias están al orden del día. No hay que hacer mucho esfuerzo a fin de notar fenómenos como la pobreza y su secuela la indigencia, el desempleo y su carnal el salario precario, el hacinamiento en ciudades y el abandono en los campos, la insalubridad, la desnutrición y los disminuidos servicios de salud, etc.
La insatisfacción está provocando a diario protestas generalizadas y cada vez más violentas en todos los confines del planeta. La inestabilidad política es la constante de sur a norte, de este a oeste. Ni las grandes potencias se escapan a la crisis.
La gran pregunta es ¿por qué está sucediendo esto?
Por estos días se están publicando los estudios sobre desigualdad que, año a año diferentes centros de investigación realizan para tratar de entender un rasgo de la sociedad que, ha terminado por explicar una de las causas del desajuste social en todo el planeta.
Uno es el tradicional de Oxfam, una ONG que entre sus objetivos se ha propuesto hacer patente los grados extremos de desigualdad en la sociedad moderna. También la Ocde y el Banco Mundial con sus sesgos propios le han metido muela al tema.
Pero el que me interesa comentar en este artículo es el World Inequality Report 2022 realizado por el Laboratorio de Desigualdad Mundial liderado por el economista francés Thomas Piketty, acompañado por Emmanuel Saez, Gabriel Zucman y Lucas Chancel entre otros.
Los datos son impresionantes: “En cada gran región del mundo con la excepción de Europa, la participación del 50% inferior en los ingresos totales es inferior al 15% (menos de diez en América Latina, África Subsahariana y la región del Medio Oriente y África del norte, mientras que la participación del 10% más rico supera el 40% y en muchas de las regiones, más cerca del 60%. Pero lo que quizás sea aún más llamativo es lo que está sucediendo con la riqueza. La participación del 50% inferior del mundo en la riqueza global total es del 2% según sus estimaciones, mientras que la participación del 10% superior es del 76%.”
En la alta concentración de los ingresos y de la riqueza está la explicación de los problemas económicos, sociales, culturales y ambientales de la sociedad mundial. Con falacias contenidas en el ideario neoliberal se crearon las condiciones para que el gran capital se pudiera acumular hasta el infinito, mientras se negaban o limitaban a las mayorías trabajadoras sus ingresos a niveles de supervivencia.
Hoy ya comprendemos la situación y, también escudriñando en la historia sabemos cómo solucionar esa aberración. Este será el tema de mi artículo de la próxima semana.
