Por: Aníbal Charry González
Después de las elecciones del pasado domingo, donde Gustavo Petro y el Pacto Histórico obtuvieron las más altas votaciones de que tengamos memoria para la izquierda democrática, demostrativas del despertar de la ciudadanía para propiciar un verdadero cambio en el sinuoso rumbo de nuestro descaecido país malgobernado y depredado por la derecha durante 200 años,-que hizo pensar que fueron producto de unas elecciones transparentes sin posibilidad de fraude como lo anunció el Registrador cooptado por el régimen-, pasados pocos días de comenzar los escrutinios se pudo advertir que en la friolera de 29.000 mesas de votación no se registraron votos por el Pacto Histórico, apareciendo ahora más de medio millón de votos a su favor, y casi un millón de todos los partidos.
Y aunque el Registrador ha salido a ratificar la anunciada transparencia electoral, que sabemos no puede existir con el torcido sistema político electoral que tenemos con sempiternas elecciones con sospecha de fraude en una u otra modalidad desde las actas de Padilla, y de que nadie puede hablar de recuperar votos hasta que no termine el escrutinio, de que otra manera se pueden llamar los supuestos errores de los jurados en tantas mesas de votación, que no son más que los hervores de un gran fraude que se estaría cocinando para las elecciones presidenciales ante la posibilidad inatajable con lo que hemos visto en el pasado debate electoral, de que el candidato del Pacto Histórico sea ungido como Presidente de los colombianos, que obliga a extremar las alertas para impedirlo votando además abrumadoramente por Petro para elegirlo en primera vuelta para que se acabe la vaina como dice la tonadilla vallenata, y hacer realidad contundente el cambio que reclama a gritos la ciudadanía quebrando la hegemonía politiquera y siniestra.
Porque el único que puede ganar en primera vuelta como lo anuncian los resultados de estas primeras elecciones es Gustavo Petro, que está a muy poco porcentaje de obtener la mitad más uno de los votos, no obstante que el ya desenmascarado candidato de Uribe, pensando con el deseo o amparado en la posibilidad cierta de un monumental fraude que marrulleramente Pastrana atribuye a la elección de Petro, anuncia la posibilidad de que sea la derecha unida la que obtenga el triunfo en primera vuelta, de la mano por supuesto de un establecimiento corrupto acostumbrado a atajar los triunfos presidenciales acudiendo al crimen de sus más destacados contradictores políticos como en forma infame lo registra la historia. Este es el momento histórico y de eso no debe quedar ninguna duda, para que la expoliada ciudadanía se pueda librar democráticamente de sus expoliadores para señalarse un nuevo destino distinto al corrupto y violento que hemos tenido durante tantos años, demostrando como lo dijera Gaitán, que por fin el pueblo manda y ordena y ha dejado de ser una multitud anónima de siervos de un régimen perverso, que solo lo ha invocado para mantenerlo en beneficio de una casta política podrida, sumiendo a nuestro país en la corrupción, la pobreza y la violencia.